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Al día siguiente cuando desperté Jimin ya no estaba, me pareció raro, pero por lo poco que me quiso comentar anoche, él tiene que hacer varias cosas para salvar nuestro **** de Martín. Así que intento no preocuparme mucho, es lo menos que necesito ahora. Estamos debajo de tanto estrés que ya no se ni que siento o dejo de sentir, que es lo que me preocupa dentro de todo lo que esta pasando en este momento. Sólo espero que sea lo que sea, este bien.
- Hola- cojo el móvil cuando lo escucho sonar
- ¡Hola hija! - me saluda alegre mi madre, hacía días no la escuchaba con ese tono contento- ¿Cómo estas?
- Bien, mama. Tenía pensando llamarte esta tarde- miento un poco
- Ya si claro- dice bromeando y casi la veo rodar los ojos con humor - ¿Cómo va todo por allí?
- Muy bien, ya lo sabes- le miento un poco- con Jimin voy bien, ya sabes, hemos tenido discusiones pero es normal, tú misma me lo dijiste
- Si, lo se. Pero tú sabes si me necesitas...
- Mama, de verdad, estoy bien. ¿Y tu como estas?
- ¡Muy contenta!- exclama- hija, he conseguido un trabajo aquí, después de tanto buscar, pude conseguir algo, trabajaré cuidando a unos niños y tendré un buen sueldo
- Guau, mama me alegro mucho- le digo verdaderamente contenta- ¡era hora! ¡Quiero un móvil nuevo!- bromeo y ella ríe
- Todavía no he cobrado y ya estas pidiendo- bromea- hija... ahora que tengo trabajo, ¿no te gustaría venir?
- No- digo tajante- ahora menos que nunca puedo irme
- ¿Por qué? Cariño...
- Mama, Jimin me necesita... y yo a él. Nos queremos y no me quiero alejar de él.
- Bueno, cariño, ya no insisto más. Sé que él te quiere y cuidará de ti, pero entiende soy tu madre y es normal que te quiera tener bajo mis faldas todo el tiempo- yo suelto una risita
- Lo se... ¿mamá?
- Dime cielo.
- Cuando saliste embarazada de mi eras muy joven ¿Cómo te sentías?
- Oh estaba tan confundida- dice con un suspiro- pero siempre tu padre y yo tuvimos claro desde el primer momento que te queríamos tener, eras nuestra pequeñina y no podíamos hacer algo tan cruel como eso. Tuvimos miedo pero al final salimos adelante- ella hace una pausa- ¿Por qué preguntas?- yo me quedo callada- ¿______? ¿_____ porque me preguntas eso?- dice poniéndose seria, yo suspiro con el labio inferior temblando a punto de llorar.
- Por nada, mamá. Eres una malpensada- y me doy de golpes yo misma mentalmente por no soltárselo ahora mismo
- Me asustaste- dice y la escucho respirar con alivio
- Mamá... debo colgar, hablamos luego ¿te parece?
- Esta bien, cielo. Cuídate, te quiero mucho.
- Yo a ti también- y cuelgo.Me siento en la cama pensativa, esto es tan jodidamente confuso y torturoso. Por más que intento no pensar en ello los pensamientos vienen a mi batallando. No quiero llorar y lo único que deseo es salir de esta de una vez por todas, ¿Cómo le podría decir a mi madre que su hija, de 17 años, en la cual confió esta embarazada? ¿Cómo podría cuidar de yo de un bebé? ¿Criarlo?.
Sacudo la cabeza, lo que necesito es despejarme, así que poniéndome en pie me doy una ducha y después como algo, tengo exactamente diez minutos para encontrarme con las chicas en el centro comercial, así que cogiendo mis cosas salgo en dirección allí en metro. Cuando llego ya estan todas allí fulminándome con la mirada.
- Llegas tarde cómo siempre- me regaña Mónica y yo me hago la inocente.
- Venga, que hemos venido para salir de aquí con las manos llenas de ropa, así que manos a la obra- dice emocionada Marta que es la más loca compradora compulsiva.