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Siento mi corazón acelerar más de la cuenta. No, no, no. Por Dios no más mierda, lo último que necesitamos Jimin y yo ahora, es que un policía venga a fastidiar. Miro a Jimin y no logro entender como se mantiene tan sereno, casi parece que le da igual aunque sé que por dentro muere de nervios, ¿Cómo no estarlo? Me aferro más a él sin poder ocultar que estoy cagada de miedo, ¿se lo querrá llevar? No, o sea... maldita sea nunca pensé que los malditos negocios de Martín terminarían afectándole y... joder.
Simplemente no. Mi estómago esta completamente revuelto y no es el hambre, estoy jodidamente nerviosa y los segundos pasan y Jimin no abre la boca, solo mira al tipo de arriba bajo repetidas veces y se queda delante de mí como no queriendo que ese señor me vea.- Nena, ve a contestar el móvil- me dice Jimin sin mirarme.
Yo le miro confusa y entonces saliendo de mis pensamientos me doy cuenta que su móvil no para de sonar, asiento con la cabeza azorada y me voy corriendo a la habitación, escucho la puerta cerrarse y por un segundo tengo la ilusión de que este policía se haya ido, pero entonces escucho a Jimin decirle que se siente y que le diga para que quiere hablar con él. Cogiendo el móvil que vuelve a sonar, decido intentar no prestar atención allí a fuera.
- ¡Jimin! Hasta que me coges el puto teléfono, maricón- escucho la voz de Roberto- me tenías preocupado, me acabo de enterar de lo que paso con Martín, tío joder no lo vi venir, te juro que si hubiese sabido que el *beep* tramaba darte un susto te hubiese avisado, lo siento. ¿Estas bien?
- No soy Jimin- le digo cuando termina con voz cortante, lo escucho gruñir por lo bajo con fastidio.
- ¿Y esperas a que termine de decir todo eso para hablar? Serás...
- Cállate idiota.
- Uy, yo también te quiero maldita mocosa prepotente.
- Púdrete.
- No me jodas eh, que mira que un día que no este Jimin te crujo- dice y yo suelto una carcajada por su tono, casi que lo veo frunciendo el ceño por mi burla.
- No me hagas reír payaso, tú no serías capaz de eso a menos que quieras que Jimin te cruja a ti. - lo escucho resoplar por la otra línea y sonrío divertida, debo reconocer que eche un poquito de menos pelear con él en estos días. Solo un poco.
- ¿Cómo esta Jimin?- pregunta cambiando de tema.
- Esta mejor, adolorido, pero yo sé cuidar de él. Aunque...- dudo si en decirle de nuestra visita.
- Suéltalo, ¿Qué paso?
- Ha venido un policía, esta ahora con Jimin en el salón.
- ¿Qué?- grita- mierda.
- ¿Qué crees que sea?
- No lo se, pero si la policía ha ido hasta allí es que saben de la existencia de Jimin en el mundillo... intenta pegarte a la puerta y escuchar- me pide y lo hago- joder, tenía pensando ir ahora a verle, pero estando ese tipo allí, me puedo meter en líos- dice hablando más para si mismo así que me quedo en silencio- mira, tengo que colgar, en cuanto él se vaya, llámame ¿esta bien?
- Vale.
- Mantén la calma ¿ok?
- Si señor- digo rodando los ojos intentando parecer relajada, y ambos colgamos.Me acerco a la puerta y apenas logro escuchar la conversación, en especial la parte del policía pues tiene un tono alto en la voz. Me siento nerviosa, si mal no entiendo no esta aquí para detenerle, pero sabe perfectamente bien que Jimin ha estado mezclado en cosas ilegales. ¿Qué demonios haremos?