Capítulo 59

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Siento como el cuerpo de Jimin se tensa a mi lado, le miro a los ojos y sé que esta reuniendo todas sus fuerzas para mantener la calma. Pero, ¿porqué? ¿Quién es este señor que le ha puesto así tan de repente? Me levanto para saludarle pero Jimin toma mi mano antes de que yo de dos pasos más y me echa hacia atrás, yo le miro confusa y él sigue con su mirada clavada en aquel hombre.

- ¿Qué pasa, hijo?- le pregunta Ana confusa
- Si, Jimin... mi sobrino favorito, ¿Por qué no vienes y me das un abrazo? Hace mucho tiempo no sabía de ti- dice y entonces lo entiendo.

Le ha llamado sobrino. Y Jimin solo tiene un tío por parte de su madre. Y ese tío es el mismo capullo que lo metió en sus negocios. Ese que ahora lo vigila y quiere acabar con él. Es Martín. Intento controlar mi nerviosismo, ¿es que acaso Ana no sabe que ese tipo es un delincuente? Miro a Jimin, que suelta mi mano y se acerca a él, se detiene unos segundos delante suya y le da un abrazo. Y yo no puedo estar más confusa.

- ¿Cómo estas tío?- le pregunta Jimin y me sorprendo del tono tan normal con el cual habla
- Muy bien hijo- le responde Martín dándole una palmadita en la espalda, conciente de que le golpeó en esa zona- ¿y esta chica tan guapa quien es?- pregunta acercándose a mí, veo a Jimin erguirse mucho y tensar la mandíbula
- Soy _____- le digo y le doy la mano, él la toma y la besa, luego me guiña un ojo y ese gesto es la primera vez que me parece asqueroso
- Mucho gusto hermosa- dice con voz ronca
- Es la novia de Jimin, Martín- interviene Ana- es un encanto- y me sonríe- pero venga, sentémoslo que la comida se nos enfriará. - dice contenta

Haciéndole caso nos sentamos en la mesa, Jimin se acerca rápidamente para sentarse a mi lado y justo enfrente de Martín. Ana parece ajena a todo la tensión que hay aquí, ella no para de sonar de sonreír y de hablar, incluso intenta hacer chistes pero realmente son malos aunque intento reír para hacerla sentir mejor. Hay que ganarse a la suegra después de todo.

Ana y Martín se paran de la mesa riendo mientras van a buscar el postre, cuesta creer que un tipo como Martín sea malo. Él actúa demasiado bien. Sino hubiese sabido de quien se trata casi que me cae bien.

- Mi amor... ¿estas bien?- me animo a preguntarle cuando ellos no están
- Si- se limita a decir con la vista fija al frente
- Estas muy callado y...
- Nena, este no es el mejor momento para hablar ¿vale? Este capullo esta aquí y seguro que algo quiere, él sabía que estaríamos aquí. Pero no voy a dejar que ese hijo de puta pueda conmigo. - susurra y yo solo asiento. Unos segundos después vuelven Ana y Martín y ponen las natillas sobre la mesa, yo no me resisto y cojo la mía. Últimamente ando muy hambrienta.

- ¿Y como te va, Jimin?- le pregunta Martín, Jimin le mira atentamente
- Bien- se limita a decir y se produce un silencio incomodo
- Hijo, ¿te pasa algo? - entonces él mira a su madre igual de serio
- No, estoy bien solo un poco cansado, no te preocupes. - Ana asiente y decide no insistir más

Sin que nadie se den cuenta, tomo la mano de Jimin entre las mías, él me mira por un segundo y su mirada se suaviza. Él comprende lo que quiero decir con esa mirada: quiero que este tranquilo. Que lo haga por mí y se relaja. Me incorporo un poco hasta alcanzar su mejilla y darle un beso en esta. Escucho una risilla de Martín y le miro.

- ¡Pero que linda pareja!- dice lleno de sarcasmo
- ¿A que si? Son divinos, me alegro que me hijo tenga una chica a la cual querer y que le quiera- dice Ana que claramente no se ha dado cuenta del sarcasmo en las palabras de Martín
- Si, ¿Cuánto tenéis juntos?
- Un tiempo- dice Jimin brusco- ¿Y tú? ¿Cómo llevas el haberte quedado sin familia?- le suelta pillando a Martín desprevenido
- ¡Jimin!- le llama la atención Ana sorprendida
- ¿Qué pasa, mamá?- pregunta fingiendo inocencia- sólo le pregunto a mi tío favorito que como lleva el que su mujer y sus hijas estén muertes y lo peor que su culpa.- dice con tono inocente y mira a Martín- espero que hayas podido reconciliar el sueño después de todo- y finaliza con una media sonrisa cínica
- Jimin...
- No, Ana déjale. No dice ninguna mentira. En cierta forma fue mi culpa. - dice y parece melancólico pero sé que es una actuación- pero Jimin, a cualquier le puede pasar- dice y le dirige una mirada peligrosa- imagínate que algún día alguien le haga daño a tu madre o... _______- y me tenso- que alguien te la arrebate, la haga pedacitos y te siente a ti a ver el gran espectáculo de cómo acaban con todo lo que tú quieres. Que vayan partes por partes, que le hagan todo tipo de tortura y solo por llevarse el placer de verte sufrir, de verte hundido. De darte una lección.

Jimin niega con la cabeza mientras sonríe y de repente deja su mirada fija sobre Martín y su sonrisa se borra poco a poco de forma extraña. Siento un escalofrío recorrerme el cuerpo, nunca antes había visto esa mirada en él. Nunca. Un mirada peligrosa, venenosa. Una mirada que refleja la muerte.

- Antes de que puedan tocarle un solo pelo, le pegaré un maldito balazo en la cabeza. Entre ceja y ceja. - murmura con la voz ronca de forma venenosa. Y le creo. Y sé que Martín también le cree.

Y así...el tiburón se enamoró del pecesito 2 TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora