Capítulo 6

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Unos media hora de viaje en el metro llego a su portal, dudo un momento en tocar el telefonillo, pero no hay marcha atrás, ya que he venido hasta aquí debo ser valiente. Toco y espero unos segundos, que se me hacen eternos, cuando siento que debería haber recibido cualquier respuesta vuelvo a tocar, unos segundo después, escucho su voz y el corazón se me acelera.

- ¿Si? ¿Quién es?- me pregunta
- Yo- digo nerviosa
- ¿______? - yo asiento como estúpida, como si el me pudiese ver y le susurro un si, enseguida me abre la puerta.
Al entrar subo por el ascensor hasta su piso y cuando llego lo encuentro apoyado en el marco de la puerta. Me sonríe y logra derretirme por dentro.
- Hola Jimin- digo tímida acercándome a él
- Hola _____- dice sonriendo y mirándome medio embobado, que casi me produce risa- ¿Cómo estas?- él me invita a pasar y duda en si abrazarme al darme dos besos, pero yo le abrazo, no soporto estar cerca de él y no tocarle.
- Mucho mejor- susurro

Me siento en el sofá y miro a mi alrededor, ahora esta muy diferente a como lo deje la última vez que estuve. La trágica tarde en que tuvo una sobredosis. Él se va a la cocina pero vuelve unos segundos después con una cerveza para él y un vaso de zumo para mi.

- ¿Es que no hay más cervezas?- me sorprendo al escucharme preguntar eso y él también lo parece
- Si, aamm, si quieres...
- No importa, déjalo- digo intentando sonreír pero me sale una mueca

Él solo asiente y mira su lata de cerveza sin saber que decirme, noto que esta sentado un tanto alejado de mí así que con todo el disimulo que puedo me acerco a él. Ni siquiera se que decirle, no me prepare ningún discurso o algo.

- Nunca te dije que me gustaron tus flores- suelto de repente- ya sabes, cuando me llenaste la casa de ellas, son mis favoritas, es lindo saber que lo recordabas, los chicos no suelen recordar esas cosas.
- Si, bueno... con todo lo que ha pasado- él hace una pequeña mueca y se encoge de hombros, yo me quedo un poco decepcionada ¿Qué le pasa? ¿es que no le apetecía verme? - pero me alegra que te hayan gustado
- Si, gracias- susurro- y por lo del atud... de mi padre. Eso fue un gran detalle por tu parte, no te lo había dicho, pero mi madre y yo te lo agradecemos mucho, si no hubiera sido por ti no se de donde hubieras sacado la mitad que faltaba- digo haciendo una mueca- algún día te lo pagaré
- Eso no fue nada, quería hacerlo. No te preocupes por eso, no me debes nada

Creo que ha sido un grave error venir. Jimin esta más seco que nunca, esto me recuerda al principio, a cuando estábamos en clase y él parecía hablarme por obligación, bueno, lo hacía por obligación en algunas clases. Soy una estúpida. De repente siento su mano en mi mejilla y cuando le miro a los ojos él parece estar pasándolo mal. Y me doy cuenta que a mí se me salieron las lagrimas.

- Odio que llores, no lo soporto- dice con algo de rabia
- Estoy bien- digo aunque me sienta todo lo contrario, sentir su rechazo, pensar en el comportamiento de mi madre y encima en mi padre... algún día iba a explotar.
- Yo no estaría tan seguro
- Tengo que ser fuerte- digo reprimiendo las lagrimas
- No- me dice entrelazando una de nuestras manos- No tienes que ser fuerte- me acaricia las mejillas, se acerca más a mi y me besa encima de las lagrimas- llora todo lo que quieras, desahógate si necesitas seguir haciéndolo, derrúmbate si es lo que necesitas, porque yo estaré aquí, ayudándote a levantarte después- Jimin une su frente a la mía- yo seré fuerte por ti.

No puedo evitar emocionarme al escucharle decir eso, el me estrecha entre sus brazos y yo suelto otra lagrima, es gratificante saber que tienes una persona al lado. Es genial saber que le tengo a él. Me separo un poco para mirarlo a los ojos, apenas unos centímetros nos separan y ahora que le tengo tan cerca me doy cuenta de cuanto necesito a alguien. A él.
Me acerco más hasta unir nuestros labios, de forma suave y lenta comienzo el beso, él no se lo esperaba pero termina por aceptarme y me abraza por la cintura. Su lengua danza con la mía de forma perfecta. Le rodeo por el cuello para intensificar el beso y le escucho soltar un suave gemido en mi boca, mi corazón se acelera solo de saber que yo provoco eso en él. Susurra mi nombre y yo solo tengo ganas de besarlo el resto de mi vida. Esos labios son lo único que me hacen sentir viva, su forma de abrazarme, de acariciarme, me recuerdan que yo estoy locamente enamorada de él a pesar de haberlo querido negar o intentar olvidarlo. Ahora mismo lo único que necesito es a él.

- Jimin, no quiero derrumbarme, no quiero llorar- le digo cuando nos separamos- quiero estar bien y tu eres lo que me hace bien- él sonríe- quiero que me ayudes, eres el único que me puede hacer feliz.

Jimin no responde, solo me besa, ahora más ansioso y posesivo, pero lo disfruto. Me olvido del mundo, solo quiero estar con él. Lentamente siento el sofá bajo mi cuerpo, sus besos bajando por mi cuello de manera suave y dulce, y de nuevo atrapando mi labio inferior para succionarlo, solo cierro los ojos y disfruto del momento, de lo que él me da. De su manera de decirme que me quiere hacer feliz.

- Tú eres lo único bueno que tengo- me susurra al oído- no te haces idea de todo lo que siento por ti. De todo lo que soy capaz de hacer por ti.

Yo me quedo embobada mirándole, él vuelve a besarme. Y hacemos el amor. De manera que solo nosotros sabemos, no apartamos la mirada en ningún momento, cuando lo siento dentro de mi es como sentir el cielo, pero de mirarle a los ojos y de cómo estos me dicen que me quieren.

Y así...el tiburón se enamoró del pecesito 2 TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora