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Llame a mi madre para avisarle de que no dormiría esta noche en casa, ella se quedo callada unos segundos y al final me soltó un grosero "Haz lo que quieras" yo le respondí con un "Esta bien, así será" porque ella tenía claro que aunque no me hubiese dejado, yo lo hubiera hecho. No se en que momento mi relación con mi madre paso de "Oh bebita, ¿y donde te quedaras a dormir? Sabes que no me gusta que duermas fuera de casa" a un "Haz lo que quieras". Pero ha sucedido. Y no quiero pensar en ello.
Solo quiero despejarme y olvidar por un rato mi miserable vida. Creo que me merezco divertirme un poco esta noche, a pesar de sentir una leve culpabilidad porque solo ha pasado un mes y medio de la muerte de mi padre. Pero esto es algo que deseo hacer, además que no podía decirle que no a Jimin, después de todo él también se merece diversión y no es justo que por mi se tenga que quedar esta noche encerrado conmigo.
Me termino por meter a la ducha y me lavo el pelo, consiente de que me pondré la misma ropa que tenía antes, me asomo a la puerta y veo a Jimin viendo la tele distraído así que corriendo voy desnuda hasta su habitación para buscar unas bragas que estoy segura, he dejado en esta casa, pero entonces siento sus manos en mi cintura y como me apretuja contra él haciéndome sentir su ya erecto pene. Me sonrojo cuando lo escucho ronronear mientras me acaricia mi entrepierna provocándome leves gemidos.- Si quieras nos quedamos y...
- No- le interrumpo separándome de él dándome media vuelta para mirarle- ya parecemos dos ninfomonos- digo riendo.
- ¿Y? ¿Qué quieres que le haga?- dice atrayéndome hacia él y envolviéndome con sus brazos- si soy adicto a ti- susurra contra mis labios antes de robarme un beso.
- Ya, Park, mejor búscame unas bragas.
- ¿De donde quieres que saque unas?
- Estoy segura que alguna mía habrá en tus cajones- digo asomándome a buscarlas, pero él me impide dar un paso más tomándome de las manos
- Bien dijiste, mis cajones. Así que mis bragas- yo río- hablo en serio, eh.
- ¿Y las usas mucho?- digo burlona
- Hum, no sabes cuanto, cada noche me la envuelvo en la mano y me imagino que...
- ¡Jimin! - le grito sonrojándome y le pego en el hombro, él suelta una sonora carcajada, va hasta sus cajones y rebusca hasta encontrándomelas - Ten, anda. Pero me las devuelvas- dice amenazante con el dedo, yo le saco la lengua y me voy corriendo al baño sintiendo su mirada en mi ****.Luego de cambiarme y hacerme lo mejor que pude en el pelo totalmente rizado, salgo del baño y me encuentro con Jimin ya listo, me da un pico antes de salir conmigo detrás, esta vez no usará su moto, pues tiene miedo de cogerse el **** del siglo y después usarla, así que iremos en autobús. Cuando a los 10 minutos este llega, Jimin paga nuestros billetes y nos vamos a la parte de atrás, ya que nos quedamos en la última parada, él me va acariciando mi muslo descubierto y deposita suaves besos en mi cuello la mayor parte de tiempo, con la mirada de desaprobación de las señoras y las curiosas e incomodas de otros más jóvenes, nunca he sido de ir besándome en publico, pero con Jimin es inevitable. Hasta que suena mi móvil y nos rompe el momento. Miro la pantalla y sonrío inevitablemente.