_______
Las palabras de Jimin llegan a emocionarme realmente. Él es sencillamente genial y no puedo creer que este siendo tan compresivo. Me pregunto si realmente sería capaz de estar conmigo hasta el final si se da el caso de que quiera tenerlo. ¿Y si aborto? Maldita sea siempre estuve en contra de las chicas que lo hacían. Yo decía que si eran grandes para follar también para atenerse a las consecuencias. Pero ahora que soy yo que estoy en una situación así no lo creo. Todo depende del momento.
Y en este momento yo no puedo tener un bebe.
- No lo se, me gustaría hablarlo con mi madre pero... tengo miedo a su reacción. Ella es liberal hasta cierto punto. Incluso me sigue sorprendiendo de que me dejase vivir contigo lejos de ella, pero esto... no se como se lo tomaría. Me da miedo decepcionarla, hacerla llorar. Ella sigue pasándolo mal por mi papa y... simplemente no se- digo al borde de las lagrimas, Jimin me coge y me sienta en su regazo acunándome en su pecho como a una niña pequeña
- Todo irá bien- me susurra al oído y aunque sé que es mentira, que no sabemos como puede terminar todo esto, me reconforta escucharlo y saber que lo tengo a él en las buenas y en las malas.
- Te amo- susurro contra sus labios antes de besarle, él acaricia mi espalda y ronronea haciéndome sonreír
- Yo a ti también. - vuelvo a acurrucarme en su pecho pero después de un rato mi tripa suena ya que no he comido nada aún, escucho la risa burlona de Jimin y le pego en el hombro olvidando que él esta herido. - auch, eres mala conmigo- se queja como un bebé
- No te burles de mi, estoy hambrienta- digo separándome de élVoy hasta la cocina buscando lo que sea que comer, me preparo unos huevos, salchicha y pan y no olvidemos el zumo de naranja. Jimin me mira desde la puerta con la ceja enarcada.
- ¿Es que has preparado desayuno para todo el edificio o qué?- se burla, yo le fulmino con la mirada y le enseño el dedo, él se ríe y cuando esta apunto de replicar suena el timbre.
Ana entra en casa después de que Jimin le abriese, yo veo desde donde estoy como ambos se miran atentamente como si fuese por primera vez. Y supongo que en el fondo es así, porque esta vez se miran sin rencores, sin mentiras, sin traición. Ya no hay dolor y rabia en los ojos de Jimin al mirarla, hay nostalgia al igual que en los de Ana. Es como si, se estuviesen diciendo muchas cosas en silencio. Jimin da un paso hacia ella y es cuando Ana sin resistirse se lanza a abrazarlo, veo a Jimin dudar unos segundos, él me mira buscando mi apoyo y yo le sonrío mientras asiento con la cabeza, entonces él le responde al abrazo. Con fuerza, con anhelo. Y me pregunto cuanto tiempo habrá pasado desde que se dieron un abrazo.
Y veo realmente que Jimin, aunque lo haya querido ocultar ha sufrido mucho por ella, que nunca la ha odiado, que más bien ha sentido miedo a estar a su lado y volver a sentirse solo y defraudado por ella. Pero sé que esta vez no pasará y si pasa oh por Dios que tiemble el mundo porque mato a Ana.
Yo decido irme a la habitación después de fregar mi plato, creo que ellos necesitan intimidad y tiempo solo para ellos. Así que me quedo en la habitación ordenando todo, volviendo a dejar mi ropa en el armario y colocando la interior en los cajones pequeños, en la mesilla veo una tarjeta con el nombre de Hugo. Y recuerdo que así se llama el policía. ¿Qué habrá pasado con eso? Con todo lo que esta pasando, incluso olvidé ese tema, pero esta claro que no vino a detener a Jimin o algo así. Me hago una nota mental de que debo hablar con él del tema.
Sentándome en la cama con el ordenador,- y oh por Dios ha pasado siglos desde que me conectaba- decido actualizar mis cosas, ver notificaciones y ya de paso enterarme de cotilleos. Todo con tal de no pensar, al menos por unas horas, en el caos que se ha vuelto mi vida. Miro entre las fotos de las chicas y veo lo bien que se la están pasando. Ellas me han dejado algunos mensajes pero hace ya de varios días que ni los contesto. Suspiro melancólica, quizás deseando no haber dejado que la amistad se volviera tan seca. Antes no le di ninguna importancia, pero ciertamente las echo de menos. Quizás ya que no puedo hablar con mi madre sobre todo lo que esta pasando, podría hacerlo con ellas. Lorena siempre ha sido tan madura- en ciertos momentos- que me puede aconsejar bien. Y Marta y Mónica son perfectas para animarme un poco y darle humor al asunto. Así que doy el primero paso y viendo que están conectadas- en Facebook- decido hablarle a Lorena. Quizás las cosas vuelvan a ser como antes.