Jimin
- Entonces, ¿es cierto?- me pregunta Roberto mientras se lleva la lata de cerveza a la boca y da un largo trago
- Si, es muy cierto. - digo dando una calada al porro
- ¿Sabes lo que estas haciendo?
- Lo se. ¿Y sabes? Tu deberías hacer lo mismo. Dejarlo antes de que sea tarde.
- No lo entiendes, Jimin- dice negando con la cabeza- nunca se es tarde ni pronto. Cuando entras en esto no sales nunca.
- Eso es mentira. Hay mucha gente que ha logrado salir. ¿Por qué yo no?
- Porque Martín es el doble de listo que tú. Sabes que tu solo no podrás contra él.
- Eso es lo que tú te piensas, y lo que él cree también... que soy débil, pero ¿sabes qué? Os callaré la boca a los dos
- No digo que seas débil. Pero si comparamos que Martín se esta convirtiendo en uno grande en el mundo del narco, que tiene a mucha gente trabajando para él y te miramos a ti, que no tienes nada... no hay que ser muy listos, Jimin. Te hará pedazos.En el fondo sé que tiene algo de razón. Martín podría acabar conmigo si no espabilo. Él podría fácilmente mandar a uno de sus matones y pegarme un tiro. Simple y sencillo. Pero yo no soy ningún ****ta, sé como suele trabajar Martín, y no caeré en sus trampas, sus amenazas, sus sucios chantajes. Yo seré más listo.
- No pasara- me limito a decir, tiro la colilla al suelo y me levanto para subirme a mi moto
- Jimin... tienes que tener cuidado, sabes que él juega sucio. - me dice desde su silla en aquella terraza
- No te preocupes por mi.- enciendo la moto pero Roberto vuelve a hablar
- Mira, no me voy a meter en nada de esto. Eres mi mejor amigo pero trabajo para él. Aunque eso no quiere decir que si necesitas mi ayuda, si me entero de algo que planee en tu contra no te lo diría, al contrario.
- Gracias Roberto- digo con una sonrisa a medias y arranco en la moto.Tengo claro que lo primero que tengo que hacer es irme del que hasta ahora, ha sido mi departamento, en realidad es propiedad de Martín, por lo tanto él en cualquier momento me echará de aquí o peor aún, puede mandar a vigilarme o darme un "sustito" de lo que me puede pasar cuando siga con mi idea de lo que él considera una traición. Así que en cuanto entro al departamento comienzo a recoger mis cosas. No son muchas, dos maletas con mi ropa, la radio y la televisión, lo único que me pertenece solo a mí. Me siento en el sofá con el ordenador y me pongo a buscar pisos en alquiler.
Mis últimos negocios con Martín me han dejado muy bien, aunque considere ese dinero sucio, no soy ****ta y tengo que utilizarlo, aparte del que tengo de la venta de coche al Gordo, - que hizo que durante un tiempo, creyera haber perdido para siempre a _____ - mas de la mitad aún, pues lo que he gastado ha sido en flores para _____ y para el ataúd de su padre, pero ese dinero no pienso tocarlo, quiero gastarlo con ella y en ella.
Así que apunto unos cinco números de teléfonos que he encontrado en algunas páginas y que por las fotos parecen estar bien y que se ajustan a mis necesidades tanto en espacio y economía. Llamo al primero y me dicen que ya esta alquilado, en el segundo piden dos entradas y no lo tengo, en el tercero no me lo cogen. Suspiro, que bonita suerte estoy teniendo. Marco al cuarto después de terminarme una cerveza y me lo coge un chico que me dice de quedar para verlo esa misma noche, no tengo nada mejor que hacer así que le digo que si. Por si las dudas llamo al quinto y esta vez me coge un chica que no para de parlotear y casi pareciera que no lo quiere alquilar, pues pone pegas. En cualquier caso, ya tengo de momento una opción. Y espero que, con este cambio de piso, también haya un cambio en mi vida.