Capítulo 47

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Después de insistirle a José que me dejará salir, con nervios a flor de pie me dirijo en metro junto a Ana, la madre de Jimin, a casa, siento el estomago revuelto, hace muchos días no le veo, ni siquiera he tenido valor de venir a buscar mi maleta por lo que he tenido que ponerme la ropa prestada de Ana,aunque no ha parecido muy contenta últimamente con eso.

- ¿Estas nerviosa?- le pregunto a Ana, que mantiene la cabeza media gacha, me mira y con eso me lo dice todo- irá bien- intento convencernos a ambas.
- Eso espero, él puede ser muy terco- yo ruedo los ojos y bufo.
- Dímelo a mí.

El resto del camino vamos en silencio pero no incomodo, sumergidas en nuestros pensamientos y en como será nuestro encuentro con él. Me pregunto si me habrá echado de menos o si estos días le han servido para confirmar que yo soy un estorbo para él. Eso realmente duele, y pensarlo me hace querer darme media vuelta y que sea él quien venga a mi. Pero ya estoy aquí. No hay vuelta atrás.
Saliendo del metro, veo cierto desconcierto en la cara de Ana y le explico que Jimin se ha mudado por ciertos problemas con el antiguo dueño del piso y me pregunto si sabrá que su hermano, Martín, es un narcotraficanteque le esta buscando problemas a su hijo. Mirándola bien, decido que no, que no tendrá ni idea, y si lo sabe algún día seguramente será algo muy duro de asimilar. Cuando estamos a punto de cruzar la calle, donde en frente esta el edificio, vine un auto negro a toda velocidad que nos hace dar un paso atrás para no ser atropelladas, se detiene justo en frente del edificio y vemos como de él baja un hombre. Seguido de Jimin golpeado.
Con el corazón acelerado cruzo corriendo, veo como le tiran al suelo y él no emite ni un sonido. Una exclamación de sorpresa sale de mis labios y escucho un sollozo salir de labios de Ana, quien esta detrás de mi. Capto la atención de el tipo y miro a Jimin mirarme entre sorprendido y asustado.

- Aléjese de él- le digo con rabia al tipo, quien me mira burlón y da un paso hacia mi
- ¿Quién me lo impide?- dice y ríe,entonces le pega una patada a Jimin, yo reprimo un grito y me acerco corriendo a él tomando su cara entre mis manos.
- ¿Estas bien?- le pregunto con las lagrimas a punto de salir, él asiente y se incorpora con mi ayuda, cuando ambos levantamos la cabeza vemos al tipo mirarnos con malicia.
- Así que esta es tu famosa chica, Park. - dice y siento a Jimin tensarse, Ana se acerca y se pone delante de nuestra.
- Lárguese ahora mismo- dice con una seguridad que no parecía tener- la policía viene en camino- le amenaza, y él tipo la miro dudoso. Mira hacia dentro del coche, donde seguro están sus otros malditos matones.
- Esto no acaba aquí, Jimin. - él da unos pasos hacia nosotros pasando por alto a Ana y me mira a mí, sonríe pícaro mirándome de arriba a bajo, Jimin se pone delante de mi impidiéndole que se acerque más o me siga viendo, este ríe de forma exagerada- tienes una semana para pensarlo. - y con esa ultima frase se sube al coche largándose a la misma velocidad que llego.

Nos quedamos unos segundos en silencio, asimilando lo que acaba de pasar, solo se escuchan nuestras respiraciones, la dificultosa de Jimin y la mía temblando. Ana nos mira y se le escapa una lagrima al ver a su hijo así. Él ni siquiera la ha mirado aún, se da la vuelta para verme, y me abraza. Yo lloro en su pecho a pesar de que tendría que ser yo quien lo consuele a él.

- ¿Qué acaba de pasar aquí, Jimin?- le pregunto.
- Vamos... dentro- dice con dificultad, con ayuda de Ana y la mía camina y entramos dentro, evitando encontrarnos con ningún vecino.

En el salón, al menos a pasado una hora en la que estamos las dos en silencio dejando a Jimin descansar después de una larga ducha, él no ha abierto la boca, ni por lo que ha pasado ni porque estemos ambas aquí y lo comprendo, no me imagino en que grave problema se ha metido para haber acabado tan golpeado. Con solo pensarlo me entran ganas de llorar de nuevo.
Saliendo al salón con un cigarrillo en mis labios para intentar controlar mis nervios, escucho los pasos de Ana acercarse a mí, se pone a mi lado en la pequeña terraza y me mira atentamente.

- Deberíamos llamar al médico.
- Lo se, él no quiere pero... creo que si deberíamos.
- Tengo un amigo médico, él vendrá. Bueno, viene en camino- yo la miro- si, se que se enfadará, pero necesitan que le curen esas heridas. No puedo entender que clase de bestia ha hecho esto y porque razón.
- No lo se- digo encogiéndome de hombros, pero en el fondo me huelo quien esta detrás de esto.
- ¿En que anda metido?- me pregunta de repente- tu debes saber, ese parecía un mafioso y hablaba como si Jimin le debe algo, ¿en que anda?
- No lo se.
- Lo sabes- intenta presionarme.
- No, joder no lo se- digo molesta y suelto una lagrima- solo tengo miedo por él- ella me abraza.
- Yo también.
- Iré a verle- digo separándome de ella- me necesita- ella asiente con la cabeza y me deja ir con él.

Despacio entro en la habitación, creyendo que el duerme me acerco despacio a la orilla de la cama y le miro descubierto y con varios moratones, cogiendo una toallita húmeda la paso por su torso desnudo, se me escapa una lagrima y siento su mano en mi mejilla. Le miro sorprendida pues le hacia dormido y él me sonríe a medias con tristeza.

- Lo siento- susurra- lo siento de verdad. - Y sabiendo a lo que se refiere me acerco a él y beso sus labios.

Y así...el tiburón se enamoró del pecesito 2 TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora