Jimin
Y aquí me tienen. De pie con tres hombre alrededor de mi, vigilándome. Miro el sitio, cerrado y pequeño, nunca antes había estado aquí pero se parece mucho a los otros sitios donde Martín trae a chantajear a sus enemigos. Mantengo la calma, me acercan unos pasos hasta una mesa. Donde esta Martín jugando ajedrez con otro hombre, quien parece nervioso ,pues al parecer va perdiendo.
Martín ni siquiera me ha mirado, no se ha molestado ni por un segundo en levantar la vista para verme. Yo le miro confuso, no entiendo nada de lo que esta pasando aquí y no me gusta. Él sigue concentrado en la partida. Entonces escucho maldecir al hombre que juega contra él y a mi tío reír. Luego de unos minutos que para mi son eternos y pienso en que demonios significa esto, escucho la celebración de Martín y al otro tipo levantarse y marcharse. Le miro confuso y él me invita a sentarme, en alerta, me siento y demuestro seguridad.- Mi querido sobrino- dice burlón- tantos días sin vernos, eh- yo solo bufo y miro a otro lado- ¿sabes que acaba de pasar?
- No. Y tampoco me importa tus estúpidas partidas de ajedrez- le digo molesto y escucho la risita burlona de los demás
- Mi gran amigo se desconcertó al ver como yo acababa con su reina. ¿Y sabes, Jimin? En este juego nunca es bueno desconcentrarse, relajarse y tener confianza de más. Porque en cualquier... puede pasar esto- dice señalando el juego- que yo tenga la victoria. - noto su doble sentido en esas palabras pero no termino de comprenderlo.
- ¿Y?
- Que con eso se demuestra que el rey... es débil sin su reina- susurra como si fuese un secreto acercándose a mi.
- Ve al grano.
- Esta bien, no hay problemas- dice riendo malicioso- ¿sabes porque estas aquí?
- Porque te encanta joderme- le respondo sabiendo el riesgo a llevarme una patada en el ****, él ríe burlón.
- No te pases, niño.
- Lo que sea- respondo fingiendo desenfado
- Te quiero devuelta, Park. Estoy preparando algo grande. Y quiero tu culo metido en ello.
- No.
- Oh, no te lo pregunto. Te ordeno- me mira desafiante.
- No- digo tajante
- Harás lo que yo diga, Park.
- Tienes a mucha gente, ¿Por qué yo?
- Porque se me antoja- responde sacando un puro y llevándoselo a los labios al encenderlo y soltar el humo unos segundos después - tengo buenos planes con el Cobra, él llegará esta semana, y le presentaré la gente con la cual trabajará. Incluido tú. Le encantarás.
- No lo haré. Digas lo que digas, no lo haré.
- ¿Estas muy seguro de ello?
- Déjame en paz- cuando me levanto para irme, siento los brazos de uno de sus matones sentarme de un tirón, evito quejarme y darme la vuelta para romperle la cara
- Lo harás, Jimin. Te he dado muchos días de paz y tranquilidad. Y he pensado, que por consideración a ti y mi querida hermana- dice con burla comenzando a provocarme- no te haré nada. A menos que quieres seguir siendo un asqueroso traidor. Así que he pensando en darte una oportunidad para volver al negocio. Y por todo lo grande. No te imaginas todo lo que ganaremos con esto- dice esperando que con eso yo caiga como lo hubiese hecho tiempo atrás.
- No me interesa- digo volviendo a levantarme, pero cuando me doy la vuelta dispuesto a irme los tres matones se interponen en mi camino mirándome amenazadoramente, sin dejarme amedrantar saco pecho y los fulmino con la mirada.
- Vamos, Jimin. - dice Martín acercándose a mi- no querrás que pase como en el ajedrez- afirmaY comenzó a entender sus palabras de antes y porque quiso que viera como perdió ese tipo. Es una amenaza. Me doy la vuelta para mirarle y él sonríe burlón, sabiendo que lo he captado. Pero no le pienso demostrar nada, así que ocultando mis emociones doy dos pasos hacia él.
- ¿Me estas amenazando?
- Claro que no. Es solo... que me pregunto como llevarás tú el hecho de que te arrebate a tu... ¿Cómo es ese tonto apodo que le tienes? Ah si, tu pececito.Siento la furia crecer en mí, le cojo por el cuello y le estampo contra una pared con fuerza, llevándome el placer de escucharlo gemir por el dolor. Sus gorilas se acercan, pero él sonriendo les pide con la mano que se mantenga al margen. Yo solo me dedico a mirarle a él, queriendo hacer que le explote la cabeza o rómpesela yo mismo que es mucho mejor.
- No la metas en esto
- Eres tú quien lo ha hecho. En el primer momento que decidiste cometer el error de enamorarte.
- Vaya- le digo cogiéndolo aún más fuerte- es extraño que tu lo digas, cuando tu tenías una familia. La cual perdiste por capullo- le digo y sé que he dado en su punto débil - la diferencia, es que yo no tendré el mismo final. - él se ríe provocando más rabia en mi
- No estés tan seguro. Si me da la gana ahora mismo, con solo hacer una llamada, le pegan un tiro en su preciosa cabecita
- ¡Hijo de puta!- le grito y le doy un puñetazo en la cara, seguido de otro en el estómago.Siento como me alejan de él y me tiran al suelo golpeándome en la cara. Intento levantarme pero recibo otro golpe. Una patada. Dos más en las costillas, un cuerpo sobre mí que golpea mi cara y saboreo el sabor de mi sangre. Ellos son tres y yo solo uno. Mientras el capullo de Martín mira desde un lado con satisfacción. Cierro los ojos con fuerza, no es el dolor físico por la paliza. Es el dolor de verme tirado sin poder hacer nada mientras me golpean y que ella esta en peligro alejada de mí.