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Cuando Jimin llega a casa lo veo molesto, su ceño fruncido y murmurando cosas para si mismo, yo me quedo mirándole desde el sofá confusa y sin decir nada, él se sienta a mi lado y se queda con la mirada lejana, yo sonrío. Incluso enfadado se ve sexy. Gateo hasta llegar a él y ponerme sobre su regazo, él me deja y beso la comisura de sus labios, luego su cuello y él ronronea acunando mi trasero en sus manos.
- Mmm me gusta que me recibas así- murmura con la voz ronca.
- Lo se- murmuro de forma sexy- ¿Por qué estas enfadado?- él se queda callado unos segundos y suspira.
- Nada, ya sabes, "trabajo" - yo solo asiento no queriendo hacerle más preguntas que lo estresen aun más.
- He preparo la cena- digo contenta- pasta, sé que te encantan- digo sonriendo.
- Gracias, amor- murmura contra mis labios y me besa.Nos disponemos a comer mientras él sigue pensativo aunque no enfadado pero lejano, quiero saber que ha pasado porque no quiero verlo triste o disgustado pero estoy segura que aunque pregunte no me dirá nada, mucho logré con sacarle que está mezclado en esos negocios de nuevo pero que a diferencia de antes, ahora es para acabar con todo eso definitivamente.
- Estaba pensando... en que mañana fuéramos saliéramos juntos- le digo cuando vamos por el postre, él levanta la vista y me mira- siento que hace siglos no hacemos nada juntos- él sonríe de repente y se levanta para ponerse a mi lado.
- ¿A dónde quieres ir? - pregunta suavemente y acaricia mi mejilla.
- No se, a donde sea pero juntos- susurro y le doy un pico en los labios, él sonríe aún más.
- Si quieres vamos al centro comercial, comemos allí y me aguanto tener que esperarte mientras te pruebas miles de cosas- dice rodando los ojos con una sonrisa.
- No quiero ir allí- digo haciendo una mueca por lo malos recuerdos que traen a mí la última vez que estuve allí.
- Mi amor, no nos vamos a encontrar con ellas, y si así es, bueno mejor. Porque estoy loco por encontrarme con la perra mal nacida de Ana y romperle los huesos- dice tensando la mandíbula.
- Tú no eres de esos que pegan a las mujeres.
- No, pero lo que te lo hizo...
- Olvidémoslo Jimin, ellas no son importantes en nuestras vidas, sólo no hagas nada- le pido mirándole a los ojos- y si nos la llegamos a encontrar, seré yo misma quien la haga pedazos- agrego sonriendo él ríe.
- ¿Quién te entiende? Acabas de decir que lo olvidemos- dice con una sonrisa burlona.
- Si, pero eso no quita que ella no se lleve se merecido si me la encuentro, me vio la cara de tonta y... casi me mata. - hago una mueca,Jimin se acerca a mí y besa mi mejilla acariciándola con sus labios.
- ¿Sabes? La cena estaba muy rica, definitivamente me casaré contigo algún día- yo suelto una carcajada.
- Eso espero- digo burlona.Miro a Jimin de reojo mientras estamos acurrucados en el sofá viendo una película, sonrío sin poder evitarlo, nunca pensé que fuera a tener esto; alguien que me rodeará con sus brazos de forma protectora y que me diga cada día que me ama, que estuviese conmigo siempre y velando por mi bienestar. Pensé que eso ya no existía, pero Jimin es... simplemente él y eso me encanta.
- ¿De que te ríes?- me pregunta mirándome con la risa en los ojos.
- De que es increíble que este con el malote de Park Jimin.
- ¿Malote?- dice enarcando la ceja.
- Oh Vamos, en nuestro tiempo de instituto era lo que aparentabas, y mira ¡Resultaste ser todo un amor!- digo cogiendo sus cachetes entre mis manos y mirándole con ternura, él se queja haciendo un puchero lo que me encanta aún más- eres mi bebé.
- Deja mis mejillas- dice apartándome y me río- la bebé aquí eres tú- me recuerda y me sienta en su regazo- mi bebé- dice antes de besarme.Y no pasa mucho tiempo cuando siento la cama bajo de mí y sus caricias por todo mi cuerpo.