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Cuando abrí los ojos, estaba confundido y todo me dolía. Intentaba recordar lo último que había pasado antes de que se apagaran las luces, pero tenían un gran blanco en la cabeza. Cuando algo parecía regresar, me dolía tan insoportablemente, que hacía que cerrara mis ojos y gritara desde el tope de mis pulmones. Quizás estaba intoxicado, no podía pensar con claridad.
Luego de un tanto más, las luces se volvieron a apagar.
─Documentos, caballero─ me soltaron bruscamente, luego de que una luz intensa abrió mis ojos.
Estaba confundido como el infierno. Había arena a mi alrededor y yo estaba descalzo, sin camiseta y con frío. Quisiera decir que me ayudaron a ponerme de pie, pero en verdad sólo me zamarrearon. Cuando estuve arriba, volví a caer y un poco después de eso, vomité el contenido de mi estómago en la arena.
Levanté la mirada, las personas que habían exigido mi documentación tenían pinta de policías. Mi cabeza empezó a doler. El día empezaba a amanecer y yo había caído inconsciente en la arena Dios sabe hace cuánto tiempo. El cuerpo policial estaba haciendo lo suyo.
Ya podía pensar con un poco más de claridad y empecé a buscar mi billetera en los bolsillos. Rogaba a Dios que no me hubieran robado. Si no tenía mis documentos, estaría en graves problemas.
Por suerte, la llevaba conmigo.
Se las entregué y comprobaron mi identidad.
─Señor, la playa no es para que vagabundos como usted tomen una siesta. Va a tener que acompañarnos.
─N-no he hecho nada malo─ balbuceé─. Creo que me drogaron y me robaron. No encuentro mi teléfono celular.
Era mentira. Yo lo había dejado en el hotel la última vez. O eso recordaba mi frágil memoria.
─Ladrones honestos que le dejaron su billetera.
─No tengo dinero, revise usted mismo si desea.
Tenía que inventar algo pronto. Caer preso haría que me perdiera las clases del lunes y mi madre me encerraría en un convento y me haría monje.
Uno de los policías cedió y ayudó a que me llevaran a Emergencias y una vez ahí me prestaron un baño, donde me aseé. Creo que ayudó que vieron mi carnet de la universidad y que estudiaba Medicina. Vomité un par de veces más, así que me pusieron algo de medicación y Complejo B. También me extrajeron sangre para exámenes de rutina. Estaba absorto en mis pensamientos y veía al horizonte como si se me hubiera perdido algo en él.
Casi a las siete de la noche me dieron el alta y regresé al hotel donde me estaba hospedando. Todos se habían ido, incluida Doris. Sólo estaba Johnny esperándome.
─¡Cabrón! ¿Te has vuelto loco? Creímos que te había pasado algo.
─Tan preocupados no me parece. Todos se han regresado a la ciudad a pesar de que no aparecía.
─Bueno, yo lo estaba. ¿Qué demonios te pasó?
─Estaba en el Hospital. Me encontraron tirado en la playa y me llevaron para allá.
─Gordo, yo te dije que no tenías que venir a este viaje.
─¿Doris dijo algo?
─Escupió todo. Estaba tan histérica porque te fuiste que se llenó la boca y empezó a decir que ustedes...
─No me lo recuerdes─ interrumpí.
─El viaje se fue a la mierda. Empezaron todos a gritar y tu primo se llevó a Doris.
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Otra Forma de Lograr que me Ames
RomanceNadie más en el mundo que me mire con sus ojos color marrón y me sacuda la existencia. Todo lo que había vivido con ella, todas las excusas, todos los errores, todo lo que estaba por venir, era otra forma de lograr que me ame.