XVIII.
"Tanto me doliste que tuve que hacerme daño en mil quinientos diecinueve sitios diferentes para olvidarte. / Ahora que no te recuerdo, tampoco recuerdo la cura para los mil quinientos dieciocho." – Para sentirte como me siento tendrías que ser faquir.
Elena y Alba se habían encontrado en el Hospital en el que Alba hacía el Internado cuando Elena fue a ayudar a una amiga enfermera que le había solicitado asesoría en la elaboración de unos protocolos. Elena le sugirió que fueran a tomar un café en una cafetería bien ambientada y bastante grande que era muy concurrida y que se localizaba en el centro de la ciudad. Alba había manejado.
─Soy la enamorada de Julián─ había empezado Elena.
─L-lo sé─ respondió Alba con la voz temblorosa. Ni yo podía imaginarme lo nerviosa que estaría─. Sé que eres su enamorada.
─¿Entonces? ¿Sabes a qué he venido?
─Probablemente tengas razón. En lo que sea que me vayas a decir, y lo primero que quiero que sepas, es que lo siento mucho. Yo siendo tú, me odiaría por ser la otra. Tú tienes todos los derechos porque es a ti a quien ha elegido y a mí me gustaría que todo fuera diferente.
─Pero no lo será, Alba. Es lo que quiero que entiendas.
─Lo amo demasiado y no puedo dejarlo ir. Me conformaría con lo que sea que me dé.
─Lo que te voy a decir es por el bien de las dos. Para mí porque quiero que dejes de verlo y para ti, porque debes tenerte un poco más de respeto y amor propio. Entiende de una vez que lo tuyo y lo de Julián terminó...
─Fueron errores que tienen solución...
─Sé perfectamente que lo dejaste por Sergio, que ayudaste mucho a su hermana, que...
Si Elena le decía a Alba lo de Doris yo estaba perdido.
─Julián me lo ha dicho todo─ concluyó al fin.
─¿Todo?
─Prometimos basar nuestra relación en la confianza, y nos funciona. Sé cada vez que se han visto. Cada una. Hasta la del sábado pasado. Tenían meses sin verse, ¿o me equivoco?
No me imagino el dolor que debió sentir Alba, más cuando ella entendía todas las falencias que tenía nuestra relación, todas las cosas que no nos decíamos porque nunca terminamos de confiar.
─¿Te dijo también que me confesó que se está volviendo a enamorar de mí? ¿Que hicimos el amor el sábado?
─No sé qué habrá hecho contigo el sábado, pero estoy en la obligación de pedirte una vez más que te retires de nuestras vidas. El día del accidente de tu tío Eric, él se demoró en llegar al hospital y no fue porque estuviera en Santana con su familia. Estaba en Capeira conmigo, conociendo a mi familia y pidiendo mi mano. Julián y yo vamos a casarnos en unos meses, justo antes de que tenga que irse a la Rural para que no le toque tan lejos de la ciudad y poder empezar una vida juntos.
─¿C-casarse? Julián no querría casarse jamás.
─Tampoco sería tan honesto conmigo, ¿o me equivoco? Hay cosas que han cambiado, Alba. Cosas que cambiaron después que lo lastimaras tanto y lo dejaras.
─Yo no quise...
─Lamento ser la desgraciada que estoy segura que crees que soy. Julián me contó todo sobre ti y sé que eres una buena persona que probablemente no te merezcas nada de esto. Pero estoy haciendo esto por el bien de todos, estoy defendiendo lo que tengo con él con uñas y garras y lo volvería a hacer.
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Otra Forma de Lograr que me Ames
RomanceNadie más en el mundo que me mire con sus ojos color marrón y me sacuda la existencia. Todo lo que había vivido con ella, todas las excusas, todos los errores, todo lo que estaba por venir, era otra forma de lograr que me ame.