Capítulo 22: ¡Encontramos a Freya! ¿Y algo mas...? (Maratón 2/3)

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Flora caminaba rápidamente en dirección a la cabaña por dos razones, una: sin su adorada sudadera el viento le helaba los huesos y cada vez que respiraba una nube de vapor salía de su boca, dos: debía llevar lo más veloz posible a la dragoncita a su casa para evitar posibles fugas.

Tranquila todo estará bien- le hablaba- como ya te dije nadie te hará daño, te llevare a un lugar seguro y te preguntare algunas cosas, puedes confiar en mí.

No tardo en divisar su hogar, entro, fue directo a su habitación y libero a su cautiva no sin antes asegurarse de cerrar la puesta y la pequeña ventana que iluminaba el estrecho cuarto.

¿Cómo te llamas?- le pregunto la castaña, intentaba sonar lo más amable posible pero no era muy buena que digamos- soy Flora.

La criaturita corrió sobre la cama, buscando refugio en un rincón donde solo se limitaba a mirarla con temor, Flora buscaba evitar esa mirada, no era de su agrado ser temida.

¿Por qué me temes?- pregunto- ¡no soy la mala del cuento!- nuevamente su pregunta fue respondida con silencio- Hazme un favor y deja de fingir, ambas sabemos que tu verdadera forma no es la de un dragón.

¿Có...cómo sa...sabes eso?- hablo por primera vez aun desde el rincón.

Esa voz- pensó la castaña en voz alta- ¡tú eres la que me mandaba esos mensajes!

N...no pensaba q...que tú los escucharas- tartamudeo.

¿Disculpa?- Flora se cruzó de brazos.

Eres la hija de Pitch Black- continuo con timidez- eso significa que eres de los...m..malos... que andan tras de mí.

Tsk- la castaña apretó los dientes y golpe la pared- ¡puede que sea su hija pero no soy una de ellos!

Lo siento- la dragoncita temblaba de miedo, Flora suspiro.

Empecemos de nuevo ¿quieres?- la pequeña asintió- Hola ¿Qué tal? Me llamo Flora, espíritu de la primavera- le extendió la mano en señal de saludo.

Yo me llamo Fre...Fre- sucedió su cabeza intentando recordar- ¡Freya! ¡Eso es!

¿De dónde eres?- pregunto Flora.

Yo...no lo sé- respondió Freya confundida.

¿Por qué pedias ayuda?- continuo preguntando.

No...no me acuerdo- la castaña podía ver el esfuerzo que ponía Freya en recordar- no me acuerdo de nada.

Vale, no te preocupes ya lo harás- Flora sonreía amable- ¿tienes hambre?- la dragoncita asistió- ¿te gusta el chocolate?- volvió a confirmar con un movimiento de cabeza- espera aquí, debe de quedar algo en la cocina.

Dicho esto dejo a Freya en su habitación y camino a la cocina, busco en los cajones, en los estantes pero no encontró absolutamente nada, después de golpear su cabeza contra el refrigerador un par de veces, recordó el lugar donde sin duda habría chocolate, corrió hasta llegar a la habitación de Jack, giro la perilla, estaba cerrada.

Jack te quejas de mi desconfianza- pensó en voz alta- y tú eres igual ¡con un demonio!

Pateo la puerta dejándola en el suelo, entrando como si nada, busco debajo de la cama y encontró su delicioso tesoro. La habitación de Jack era exactamente igual a la suya, con la diferencia de que las paredes estaban cubiertas de escarcha y la temperatura era bajo cero. Retrocedió lentamente reparando la puerta dejándola como nueva.

Freya aquí tienes- dijo Flora entregándole la tableta de chocolate- ¿tienes donde quedarte?

No- respondió honestamente.

EL ORIGEN DE LOS GUARDIANES 3: Mi reflejo en el espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora