Capítulo 40: ¡Me lastimas!

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Cuando el albino entro a su habitación se sentía enfermo, su estómago se revolvía y no dejaba de sonreír como idiota, Flora lo había sorprendido ¡DEMASIADO! Aunque no podía negar que se divirtió el doble que en un cita con su novia, además Flora lo había besado... en la mejilla pero besado ¡Eso era una alarma de alto rango!

Tal vez iba enserio con eso de echarse un novio, era la única explicación lógica que encontraba a verla vestida como una chica y eso ¡No lo iba a permitir! Si era necesario convertiría en una escultura de hielo al imbécil que tuviera la "brillante" idea (notase el sarcasmo) de acercase a su mejor amiga. No podía imaginarse a Flora de novia con cualquier idiota ¡No, no, no y no!

Si lo pensaba, su amiga era bonita y muy divertida algo gruñona y agresiva... bueno demasiado gruñona y agresiva, al principio solo quería que se la llevaran lo más lejos posible de él pero después llegó al punto de no poder vivir sin sus peleas sin sentido (la mayoría iniciadas por él) sin esa castaña anormal su vida era demasiado aburrida ¡y eso que era el espíritu de la diversión! ¿Qué tenía esa chica que lo obligaba estar a su lado, a querer protegerla de cualquier amenaza? ¿Por qué al estar carca de ella y verla sonreír aceleraba los latidos de su corazón? ¡Dios! Era una sensación tan parecida y a la vez tan diferente a lo que sentía con Irina.

Jack- la castaña llamo a su puerta, el dudo unos segundos pero termino abriéndola, rebelando a Flora en pijama sosteniendo una taza de chocolate- ¿Todo bien? Te noto pensativo.

Ah ¡Sí! Todo de maravilla ¿Por qué habría algo fuera de lo normal?- tartamudeo, ¡Genial! Sencillamente genial, ya no podía ver los azulados ojos de su mejor amiga sin sentir esas mariposas es su estómago que lo obligaban a tartamudear y parecer idiota- debo beber mucha agua para ahogarlas- pensó.

Jack-interrumpió la chica con una sonrisa.

-Mande.

-Cállate.

-Gracias... ¿A qué viniste? Ya sabes a mi habitación- señalo su entorno.

Oh... casi lo olvido- le entrego la taza aun humeante- te traje chocolate, pese a que no sientes frío creo que no te vendría nada de mal.

Es verdad- hablo Freya por primera vez, apareciendo entre los cabellos castaños de su amiga con la simple apariencia de un pequeñito ratón blanco y nariz rosada- necesitas relajarte un poco, cuando piensas me asustas.

¡Hey!- exclamo fingiendo estar ofendido- yo pienso todo el tiempo.

Espero que no sea nada malo- dijo Freya.

No lo es- tranquilizo el peliblanco- mantente en calma.

Uf que alivio- suspiro la ojiverde.

Bueno yo cumplí con la entrega- hablo la castaña cubriendo su boca para ocultar un bostezo- me voy a la camita, Jack para mañana te quiero fresco como lechuga, mira que no te pondré nada fácil el entrenamiento.

¿No me darás las buenas noches?- pregunto el peliblanco sobreactuando.

Que tengas malas noches y horribles pesadillas- contesto la castaña poniendo una voz tétrica que no hizo más que sacar unas carcajadas por parte de ellos tres- vale, nos vemos mañana.

Jack cerró la puerta y bebió de su chocolate mientras pensaba en las posibles razones del porque hablar con Flora le provocaba esos "síntomas": ¡Estaba enfermo! Flora lo había contagiado con alguna de sus plantas raras.

Pero enseguida descarto la idea, era un espíritu y los espíritus no enfermaban, una lástima, de las clases que se habría salvado de haberlo estado realmente. Una fuerte punzada retumbo en su cabeza que lo obligo a llevar ambas manos para intentar aliviar el dolor aunque fue en vano. La taza ya vacía se estrelló contra el suelo rompiéndose en cientos de pedazos.

EL ORIGEN DE LOS GUARDIANES 3: Mi reflejo en el espejo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora