Capitulo 13: ¡No me Esposes Ray!

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La noche seguía tal como la deje. Después de aclarar con Galván un par de asuntos y decirle que hoy también me iría después de trabajo con Quino a vender, me baje a seguir con mi trabajo. Fabiola me hacia reír con cada cosa que decía, además no parábamos de criticar, malas no éramos. Sino peores. Últimamente me divertía hacer un pelín de daño a la gente…supongo que el cambio en mi era grande. El italiano volvió a bajar para pedirme, es decir, para que subiera y me drogara para después tener sexo. Le dije que no, pero seguía insistiendo y solo dejo de hacerlo cuando por allí se presento el venezolano. ¡Dios que tensión!

-Lombardi

-Di Matteo

Les vi echar un duelo de miradas de esas que si fueran cuchillos los dos estarían en el suelo llenos de sangre. El italiano me miro serio y después se esfumo. Me quede a solas con el otro que no tardo en inmovilizarme con su mirada oscura. Tenía un poder de intimidación muy grande. Me pido de bebida, lo mismo que la otra vez y después observo la discoteca mientras mantenía un dialogo conmigo

-¿Te ibas a ir con él? Yo el otro día te pedí y me dijiste que no estabas disponible

-No me iba a mover de aquí –Conteste lo más tranquila posible

Se giro y me miro con enfado, mucho enfado. Sin querer mis manos temblaron y las tuve que guardar debajo de la barra –Si alguna vez te veo con el –Cogió mi cuello con su gran mano y apretó un poco, no me hizo daño pero me asusto –Te mato. –Un frio recorrió mi cuerpo. –No quiero que nadie te toque –Joder otro posesivo de mierda. Ya me cansaba siempre el mismo temita ¿Que tenían conmigo? ¿Es que no había otras tías a las que intimidar que siempre iban a la misma?

-Suéltame –Puse mi mano sobre la de el –Tú no eres nadie para decirme eso –Dije seria, estaba cabreada. –Yo puedo irme con quien me dé la gana.  

-Sí, pero no con el –Me apretó un poco mas haciendo que me quejara –Es mi enemigo, está en mi lista no quieras estar tu también en ella. No te conviene guapa. –Soltó mi cuello y menos mal porque no podía seguir manteniendo mi mirada por mucho tiempo más.

Durante un buen rato estuvo ahí, yo me movía sirviendo copas a unos y a otros poniendo mi sonrisa y me reía con Fabiola que seguía con lo de su ex. Notaba su mirada en mi espalda y reconozco que más de una vez se me cayó una bebida porque estaba muy nerviosa. Llevaba un rato cuando Ingrid se poso en la barra, todavía la estaba esperando por la paliza que le di a su zorra.

-Helenita –Dijo con arrogancia –Contigo tenía que hablar –Le preste atención mientras servía 6 chupitos –Mi chica, a la que pegaste…esta mejor. –No dije nada y seguí sirviendo –No quiero que se vuelva a repetir ¿Te queda claro? –Cogió mi muñeca con brío consiguiendo que el Martini que estaba sirviendo se me callera en la camiseta, le mire muy mal

-Si jefa. Pero para la próxima vez…dile a tus chicas que solo suban a los reservados cuando no haya nadie trabajándose a los clientes –Dije en voz suficientemente alta para que me oyeran los que estaban allí en la barra en ese momento. La oí bufar de enfado y después se fue con sus movimientos de caderas de arrastrada barata. No pude evitar reírme y Fabiola que al parecer lo había oído, tampoco.

 -¿Ella es tu jefa? –Dijo el venezolano que por unos instante me había olvidado que estaba allí, yo le asentí –Es una zorra rastrera –Dijo con rabia –Intento robarme en mi negocio hace un par de años cuando estaba en Rio. –Me tense…

-¿Hace mucho?

-Eh…no. Dos años –Ahora me dio un vuelco el corazón, recordé esos días en los que me quede con al cargo de Raúl porque Quino se fue con Galván a Rio a hacer negocios pero en ningún momento menciono a Ingrid ni al venezolano.

Un Disparo a mi Corazon 2: Solo Tu (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora