Capitulo 45: Un poli nervioso y la joven que cayó del Cielo

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Capitulo 45: Un poli nervioso y la joven que cayó del Cielo

Narra Ray

Desperté. El dolor de cabeza aumentaba conforme mis ojos se abrían. La noche anterior bebí demasiado, más de lo que estaba acostumbrado. Ya estaba viejo y las fiestas nocturnas cada vez me afectaban con más frecuencia. La resaca era tremenda. Al sentarme en la cama un mareo me hizo cerrar los ojos. Apoyé mi mano en la frente sintiendo las sienes golpear mis dedos entumecidos. Fui a levantarme cuando un suspiro leve hizo voltearme. Me sorprendí tanto que tuve que recordar lo hecho la pasada noche.

Una mujer. ¡Había una mujer en mi cama! ¡Y estaba…estaba desnuda! Salté de la cama. Tragué el profundo nudo que se me hizo en la garganta. El pelo castaño de la chica repartido por parte de la almohada no me dejaba distinguir bien el perfil de mi supuesta amante. Me fijé en su mano derecha, sus uñas perfiladas pintadas tan delicadamente como su bello rostro.

 Con cuidado di la vuelta a la cama para verla mejor y así…poder recordar algo de ella. Sus carnosos y delineados labios rosados se abrían con cada suspiro que daba, estaban resecos y mordidos. Eso me hizo pensar que anoche…fue una noche loca. Si, definitivamente fue una noche muy diferente a todas. De pronto se giró. Tuve que ponerme las manos en la boca para acallar mi grito. No. No. Me eché las manos a la cabeza con desesperación. Me puse muy nervioso y empecé a dar vueltas por la habitación como un desquiciado.

¿Qué iba a hacer ahora? Joder en que lio me había metido. Si es que era un irresponsable, un necio, idiota. Sí, eso era. Bufé. Las manos me temblaban. Debía despertarla para que se fuera cuanto antes de mi casa lo último que quería era broncas innecesarias. Con sigilo me posicioné a su lado. Su brazo izquierdo alzado sobre su cabeza apretaba la almohada. Me mordí los labios con nerviosismo, no tenía ni idea de cómo hacerlo. Normalmente las mujeres con las que me acostaba se iban al poco o directamente en cuanto se despertaban se iban sin decirme nada, era lo mejor. Pero con ella no me atrevía.

Con el índice pulsé sobre su brazo. Ni se inmutó. Volví a pulsar pero más fuerte. Nada. Quité el sudor de mi frente con el dorso de mi mano. En un intento vano de despertarla, le di un pequeño golpe en el hombro, pero no conseguí nada, a la desesperada, me eche sobre ella un poco. La cama gruñó bajo mi cuerpo haciendo que ella soltara el aire. Su aliento…era…como decirlo…asqueroso. La miré más detenidamente…sus pómulos marcados sonrosados, con sus cejas perfilas más obscuras que su pelo. Era preciosa. Seguí recorriendo su cuerpo con mis ojos dándome cuenta que realmente no estaba desnuda, sino en ropa interior. El sujetador de encaje rosa palo destacaba con su bronceada piel. Acaricié su cuello con las yemas de mis dedos, era tan sedosa como el terciopelo.

Un movimiento brusco de ella me hizo despertarme de mis pensamientos. La miré. Sus ojos castaños adormilados me miraban entre sueños. Y desee besarla. Sin poder contenerme lo hice. Sus labios eran exquisitos, deliciosos. Me empalagué de su sabor siendo sorprendentemente correspondido por ella, le oía gemir y sin querer me excité. Si seguía así…la volvería a hacer el amor.

De pronto, sus manos se posaron en mis mejillas y dejé de besarla. Le miré. Me miró. Y por un instante ninguno movió un solo musculo. Sus ojos se abrieron de sorpresa y de un empujón me tiró al suelo. Con impulso se levantó de la cama gritando como una loca.

— ¿Quién eres? ¿Qué hago aquí? Tu…tu…yo… ¡No! —Gritó tapándose la cara —Dios…esto no…no está bien —Decía negando. Yo me levanté riendo.

—Tranquila mujer, solo ha sido un polvo de una noche.

Ella me miró fulminándome — ¡Idiota! —Gritó — ¿Como me convenciste de venir contigo? ¿Me amenazaste? ¿Me violaste? —Con forme hablaba iba acercándose más a mi — ¡Habla necio!

Un Disparo a mi Corazon 2: Solo Tu (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora