Narra Helena
Pues no. Quino no estaba por ningún lado de la gran suit. No sabía cómo tomármelo si bien o mal. ¿No se suponía que teníamos que hablar? Entonces ¿Donde estaba? Quizás se habría olvidado de mi…no. Eso no. Helena no pienses así. Me dije.
Cuando llevaba media hora llamaron a la puerta, con las muletas que Di Matteo me compró la abrí.
—Servicio de habitaciones —Dijo un camarero vestido todo de blanco —El señor ha pedido que le trajéramos el desayuno
Me aparte para que pasara con la bandeja, era de plata brillante con incrustaciones en dorado. La dejó en el salón y se fue. Con paso lento porque no me acostumbraba a las muletas fui hasta el sofá. Allí me acomodé. Al abrir la tapa mi estomago rugió de hambre. Todo tenía una pinta exquisita. Me comí casi todo ya que desde el día anterior no comí absolutamente nada.
Después de desesperarme viendo en la televisión cualquier chorrada que daban mientras esperaba a que Quino se dignara a aparecer decidí salir a la terraza. Desde allí se divisiva una preciosa vista del mar iluminada por el caliente sol que alzaba la temperatura hasta grados desorbitados. Era una playa privada en la que había muy poquita gente, tomé la decisión de salir a dar una vuelta y de paso pensar en cómo enfrentarme a él. Porque sabía que en cuanto pusiéramos un pie en España, lo vivido aquí se olvidaría por lo menos para mí. No deseaba volver a depender de él durante la estancia en Sao Paulo y ahora en Rio nuestra relación pasó por muchos altibajos. De pronto nos queríamos como nos odiábamos. Y eso, eso no era sano ni para mi corazón ni para el suyo.
Seguía firme en mi decisión de no darle una oportunidad más porque en parte no se lo merecía. Reconozco que yo durante el viaje cambié. Jamás me imagine matando a nadie o incluso chantajear a mafiosos pero era necesario hacerlo para conseguir los objetivos para los que viajamos allí. Quino era todo para mí, para que negarlo. No obstante, a veces el amor no lo es todo eso lo sabía demasiado bien. No entendía como podía seguir queriéndome después de todo lo pasado entre nosotros además de que yo no paraba de rechazarle…vale, cuando caía en su juego sin querer demostraba más de lo que quería pero aun así, en mis planes no entraba volver con él. De hecho, no deseaba estar cerca de su presencia porque era débil, cedía dejándome arrastrar por sus besos, por sus suaves y morenas manos, por sus ataques de celos de posesividad. Pero eso no era bueno. Era un amor enfermizo uno en que tanto mi amor como el suyo sufrían.
Negué. Lo mejor sería dejarle las cosas claras y lo que pasó aquí…aquí se queda.
Caminé con cuidado de no caerme sin las muletas ya que la pierna me dolía. Me tuvieron que dar 10 puntos por suerte no me perjudico ningún tendón principal. Bajé las escasas escaleras que daban a la cala. El aire caliente llenaba mi cuerpo y sonreí tontamente. Daría lo que fuera por caminar con Quino de la mano por esos bellos parajes mientas nos besábamos y nos decíamos cuanto nos amábamos. Bajé de la nube. Nunca se daría eso. Lo sabía porque nunca le dejaría entrar en mi corazón, en mi alma. Me di cuenta de cuan resentida estaba con él pero supongo que después del daño que me hizo era normal ¿No creéis? Porque yo si lo creía.
Cansada de estar de pie, me senté pero tuve que levantarme al instante porque me empezó a dolor la pierna una barbaridad con lo que acabé apoyándome en la baranda de madera. El sol empezaba a descender con sus rayos rojizos dándome en la cara, divisé a lo lejos un barquito y di lo que fuera por ser esa alma libre que viaja sin consecuencias. Sin estar anclado a ningún lugar. En cierta ocasión la madre de Quino me dijo que él era eso, un alma libre…las lágrimas amenazaron con salir pero cogí aire e intente ser fuerte. Tenía que serlo, no podía mostrarme débil ante él. No.
Quería seguir luchando sobre todo por mí. No perdí la esperanza de ser feliz algún día. Quizás lograría olvidarlo y rehacer mi vida con alguien que de verdad me amara sin contemplaciones. O quizás me quedaría sola para siempre. Fuera lo que estuviera predestinado para mí, lo aceptaría.
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Un Disparo a mi Corazon 2: Solo Tu (PAUSADA)
AkcjaSecuela de Un Disparo a mi Corazon. Es recomendable leer la primera parte para entender ciertas situaciones que viviaran los personajes. Después del final tan traumatico por parte de Quino y Helena ambos han tomado caminos diferentes. Sus vidas han...