Capitulo 46: Despierta, el mundo te espera

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Capitulo 46: Despierta, el mundo te espera

Narra Darío

—Siempre es un placer hacer negocios con usted, Corniloft.

Estreché la mano de mi nuevo socio. Su boca se pintó con una sonrisa impecable, y yo me contagié. Por fin tenía en mi poder el control absoluto de Matexil, una multinacional textil que recaudaba al mes millones de dólares que en euros, eran una fortuna. Estaba pletórico, no me creía mi buena suerte. Fue una casualidad conocer al ruso en una discoteca del norte de Nueva York pero era de las mejores cosas que me habían pasado en la vida.

—El placer es mío Darío —Dijo el rubio guardándose el cheque en el bolsillo de su chaqueta gris —Espero verle pronto, y por cierto…cuide a Salmonely —Me dijo riendo.

—Lo haré.

Le abrí la puerta y con una pequeña reverencia se fue. Nada más cerrarla, pegue un salto tan alto que casi me caigo de culo al suelo. Debía llamar a mi hermana Helena para contárselo.

— ¡Helena!

— ¿Darío? —Su voz sonaba adormilada — ¿Estas durmiendo?

—Um…si. Son las diez de la mañana.

—Tengo que contarte algo muy importante —Dije emocionado.

— ¿Qué pasa?

—He hecho el negocio de mi vida —Soltó un suspiro — ¿Por qué no vienes a casa y te cuento?

—Um… ¿Ahora? Es lunes Darío…hoy trabajo y quiero seguir durmiendo —Se quejó.

— ¡Oh Hel! ¡Venga bribona! No seas así.

— ¿No me lo puedes contar por teléfono?

—No, ven y te lo cuento todo. Te invito a chocolate con churros y tarta de vainilla —Dije sabiendo golosa que era mi hermana.

—Eh…creo que voy para allá.

Me reí —Aquí te espero, no corras mucho con la moto.

Narra Ruth

Mi hermana Helena se levantó de la cama como una autómata. La vi irse al baño y salir en diez minutos. Después de recogerme de casa de Ray el día anterior no me moví de su casa, su compañera de piso se había ido a Barcelona. Me quedé pensativa en la noche que pasé con el rubiales y no pude evitar sonreír.

— ¿Y esa sonrisa?

Me giré. Helena se ponía unos vaqueros grises estrechos que le quedaban bastante bien. De la estantería cogió colonia y la esparció por todo su cuerpo dejando el perfume impregnado en toda la habitación.

—Nada —Dije evitando la pregunta.

—Ya claro —Se puso la camiseta de tirantes blanca junto con una chaqueta — ¿Esa sonrisa no será por el rubiales?

—No seas tonta —Dije molesta —Ese tío se aprovechó de mi, iba borracha y no sabía lo que hacía. Deberías hablar con el…y preguntarle lo que hicimos.

—¿¿¿Yo???  —Dijo señalándose a sí misma — ¿Y por qué no hablas tú con él? Te recuerdo que fuiste tú quien se acostó con él, no yo.

Llevaba toda la razón del mundo. Pero la verdad era que no me atrevía a mirarle a los ojos me daba una profunda vergüenza pensar que nos habíamos acostado y tan solo hacia un mes que Carlos y yo rompimos.

—Pero tú le conoces de más tiempo —Dije sentándome en la cama —Anda Hel, hazme ese favor —Mi hermana se me quedó mirando como diciendo…de eso nada.

Un Disparo a mi Corazon 2: Solo Tu (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora