Capítulo 18

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Salgo de la casa porque necesito despejar mi cabeza un poco. Ella noto mi reacción desmedida, no quiero mentirle pero tampoco estoy listo para contarle esa parte de mi vida. Decido llamar a Ciro y preguntarle si me presta su auto mañana, el no suele correr los domingos porque las apuestas son bajas y no vale la pena el riesgo. Al tercer llamado me atiende.

—Ciro ¿podes hablar?

—Sí, estoy en el bar tomando unas cervezas con el Colo. Che corro hoy, contra Sergio ¿Vas a ir?

—Me aviso Tato hace un rato, no voy.

—Vamos, va a ser todo un espectáculo.

—No puedo, estoy con mi prima, hoy la cosa va a estar pesada y no es seguro.

—Prometieron no armar lío, solo es una carrera.

—Sabes que a Alejandro no le gusta perder.

—Lo sé, pero hoy hay tregua —noto que me pone en alta voz.

—Lo que sea, igual no me voy a arriesgar. Hablando del tema, quería saber si me prestas el auto mañana, le prometí a mi prima que la llevaría a dar una vuelta.

—Epa epa —escucho al Colo decir.

—Es mi prima imbécil. Le conté sobre las carreras y quedo muy decepcionada de no poder ir, así que le prometí a cambio llevarla yo mañana a dar una vuelta.

—Parece que te gusta mucho llevarla de paseo, ya el otro día me pediste la moto.

—Me sacas de alta vos —le pido algo irritado.

—¿Le prestaste tu moto? —le pregunta el Colo a Ciro—. A mí nunca me la prestaste hijo de puta.

—Porque vos sos un peligro al volante —le contesta Ciro.

—¿Me lo prestas o no? —le pregunto tratando de mantener un tono amable.

—Sí, si no lo hago mierda esta noche, mañana es todo tuyo.

—Gracias, suerte esta noche.

Antes de cortar la llamada logro escuchar como el Colo le reclama indignado el hecho de que también me preste el auto así como así. Mientras hablaba por celular no me di cuenta que me había alejado unas cuantas cuadras de mi casa. Me detengo dispuesto a volver, pero antes debo pensar que hacer a continuación. Estar cerca de ella cada vez se me hace más difícil y no quiero cagarla. 

Quizás deba llamar a Sole para un rapidito y así al menos lograr tener al amigo bajo control. El jueves me llamo mientras estaba en el gimnasio, pero no le conteste ni le devolví el llamado, estaba con otras cosas en la cabeza. Agarro mi teléfono para llamarla, suena dos veces y me atiende. Me dice que está disponible así que le digo que estoy yendo para su casa.  No hacen falta más explicaciones.

Sole vive a unas cuadras de mi casa junto con su hermana y su sobrino. La conozco desde hace ya un tiempo y nuestra relación es pura y exclusivamente sexo sin compromisos. Como estoy a tan solo una cuadra de su casa no tardo en llegar, la encuentro en la entrada del pasillo fumándose un pucho(cigarrillo). Cuando me ve una picara sonrisa invade su moreno rostro.

—Hola, tanto tiempo sin verte, te llame la otra vez y no contestaste.

Aunque parece un reclamo lo dice sin el más mínimo tono de reproche en su voz.

—Estaba ocupado con algo, pero acá estoy.

—Bancame que termino —me dice mostrándome el cigarro.

—¿Estás sola?

—Sí, Pau llevo a Tomas al hospital, está algo enfermo estos días.

—Espero que nada grave.

Despertar a la Vida (#Wattys2016) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora