Capítulo 20

6.2K 577 40
                                    

Excepto Tato, nadie más lo sabía, no era algo de lo que estaba orgulloso. Con ese deplorable acto no solo me había fallado a mí mismo, sino que también le había fallado a ella. Se lo había jurado, pero fui débil, era demasiado dolor y nada de lo que hacía lograba apaciguarlo. Ese día simplemente no aguante más, si Tato no hubiese visto las señales probablemente me hubiera ido de este mundo.

Llevaba cuatro meses en este lugar, lo único que hacía era dormir, tomar, drogarme y pelear. Esa era mi vida, si es que se le podía llamar de ese modo. Solo buscaba huir de mi realidad de cualquier forma que fuera posible, solo para no sentir, solo para no ser consciente de ese gran agujero en el medio de mi pecho. Ese día era nuestro aniversario y el dolor se sentía más fuerte que nunca. Su ausencia me dolía en los huesos y en cada terminación nerviosa de mi cuerpo. Obviamente recurrí a todo lo que tuve a mano para perderme, pero no fue suficiente.

Para cuando Tato me llamo avisándome de las peleas, estaba tan drogado que no podía sentir nada. Fui, pelee, descargando toda la furia en esos dos pobres tipos. Tato me tuvo que sacar de la segunda pelea ya que casi mato a mi contrincante. Me llevo hasta mi casa y me dio un sermón, preguntarme si esa era la vida que quería para mí. En cuanto se fue, agarre un cuchillo y me corte las venas de mi muñeca izquierda. Esa no era vida y quería terminarla de una vez por todas. Quería ir con ella. Quería paz. Poco a poco fui perdiendo la conciencia, hundiéndome en una profunda obscuridad.

Cuando desperté me encontraba en un hospital, estaba muy desorientado y no entendía cómo había llegado ahí. La bronca me invadió por completo, había tomado mi decisión, no quería seguir vivo y alguien se había atrevido a intervenir. Lo odiaba, a quien quiera que fuera, lo odiaba. Quise moverme pero mis muñecas estaban atadas a la camilla, lo cual me enfureció más. Comencé a gritar de odio, de dolor y frustración, hice tanto escándalo que no tardaron en entrar un medico, dos enfermeras y detrás de ellos, Tato.

Caí en la cuenta que había sido él, lo mire con ira, lo maldije de todas las formas que vinieron a mi mente. Entre el doctor y las enfermeras lograron inmovilizarme, al instante sentí un pinchazo en mi brazo derecho, pronto me había hundido nuevamente a la oscuridad. Cuando volví a abrir mis ojos, Tato estaba a mi lado. Se lo veía bastante cabreado y me pregunto si ya me había cansado de actuar como un imbécil. Me ofreció su ayuda, solo hacía falta que yo aceptara recibirla.

Desde ese día las cosas en mi vida comenzaron a cambiar. Poco tiempo después se fraccionaron las bandas y me fui con Tato. El me hizo entrar en el Galpón, por lo que empecé a entrenar y a cuidar mi cuerpo como era debido. Deje de lado la droga y bebía más a conciencia. No podía decir que ahora mi vida era color de rosa, el dolor todavía persistía en mi interior, pero había aprendido a vivir con él.

Sacudo mi cabeza despojándola de los recuerdos. Laura me está mirando fijamente, aun procesando lo que acabo de decirle. Sé que ella vio mis cicatrices hoy a la tarde cuando bajábamos del cerro.

—¿Verdad o consecuencia? —le digo con la intención de desviar la atención sobre el tema.

Una cosa es haberle confesado la verdad, otra es hablar sobre el tema y para eso, todavía necesito unos cuantos tragos más encima.

—Consecuencia —dice en voz baja.

—Te desafío a hacer un baile sexy.

Ella me mira asombrada por mi pedido y yo le devuelvo una sonrisa torcida. Como veo que no se mueve le sirvo un trago, dando por hecho que no lo va a hacer. Pero contra todo pronóstico, se levanta y me tiende la mano. Yo la tomo algo dudoso preguntándome que es lo que se trae en mente. Me lleva hasta el medio de la habitación y me suelta. 

Se acerca a la radio, la prende y va cambiando las estaciones buscando alguna canción de su gusto. Cuando la encuentra, se para y vine hacia mí con una media sonrisa. No conozco la canción, pero debo admitir que es una melodía muy suave y bastante sensual. La voz de un hombre comienza a invadir la habitación mientras ella se acerca más a mí.

Despertar a la Vida (#Wattys2016) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora