Capítulo 22

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Estoy de espaldas a ella, sintiendo su acompasada respiración. No puedo creer lo que acaba de suceder, realmente ansié besarla. Por primera vez en estos últimos años desee besar a alguien. Pero cuando vi su mirada clavada en mis labios, cuando note el deseo que había en sus ojos, entre en pánico. Si la deseo, la deseo como loco, después de todo es una hermosa mujer y yo soy un hombre. Uno más uno es dos ¿no? Pero esto va más allá del deseo, más allá de la pura atracción. Ella despierta en mi muchas emociones que hasta hace unos días creía imposible volver a sentir. 

Pero no puedo hacer esto, no puedo mezclar las cosas, porque sé que lo más probable es que ella salga lastimada y eso es lo último que quiero. No quiero ser el causante de más dolor en su vida. Sé que debo buscar la forma de tomar distancia sin dejar de ayudarla ¿pero cómo? No quiero alejarme de ella, me hace bien tenerla cerca. Una vez más decido dejar de cuestionarme todo, solo queda esperar que ocurra lo inevitable. El suave murmullo de su respiración me calma y me proporciona la paz que necesito para finalmente conciliar el sueño.

La habitación se siente fría e impersonal, las paredes blancas y la luz de los tubos fosforescentes del techo solo acentúan su palidez. Muchas maquinas y cables la rodean, odio verla así pero sé que es lo único que la mantiene junto a mí en este momento. Sus cansados ojos me miran fijo, noto como la poca fuerza que le queda se está marchitando rápidamente. 

Ella intenta sacarse el respirador pero no se lo permito, lo necesita para respirar y yo quiero que lo siga haciendo. Golpea mi mano débilmente en un intento de salirse con la suya. Sé que me quiere hablar, sé lo que me quiere decir, pero yo no quiero escucharlo. No quiero ni puedo hacerlo. No estoy preparado para dejarla ir, no estoy listo para decir adiós. Sus ojos me suplican y yo no puedo dejar de negar con la cabeza.

—No, por favor amor, solo...no lo hagas.

Las palabras apenas salen de mi boca mientras fallo intentando contener el llanto. Ella a duras penas logra levantar la mascarilla.

—Es... tiempo...

Abro los ojos y me incorporo de golpe, un frío sudor recorre mi frente. Mi remera esta empapada y mi respiración esta acelerada. Su rostro aun esta flotando en mi mente, tan pálida y demacrada como la vi por última vez. Cierro los ojos con fuerza mientras intento calmarme un poco. Miro a mi lado, Laura está profundamente dormida y lo agradezco, no tengo fuerzas para lidiar con ella en este momento. Me levanto lo más sigilosamente posible y me dirijo al baño. La imagen que me devuelve el espejo es la de un hombre sufrido. A penas si me reconozco.

Me lavo la cara y me saco la remera para cambiármela. Dudo si darme una ducha, no quiero despertarla. Al final decido no bañarme, salgo y me dirijo silenciosamente al placar a agarrar una remera limpia. Me pongo los pantalones que llevaba puestos ayer y abro muy despacio la puerta para salir.

Una vez en el descanso de la escalera de incendios decido subir a la azotea para tomar un poco de aire y despejarme. Subo hábilmente y me siento al borde con los pies colgando hacia el vacío. Levaba mucho tiempo sin soñar con ella, mucho tiempo sin que su recuerdo me persiguiera en sueños. Miro la hora en mi teléfono, son las cuatro y cincuenta y cinco de la madrugada. Levanto la mirada hacia el cielo el cual está totalmente despejado, lo que me permite ver un mar de estrellas brillantes. A veces me pregunto si me está viendo desde allá arriba, si me está cuidando desde algún lugar en el cielo.

No soy creyente, nunca lo fui y menos después de todo lo que me toco vivir. Pero a veces necesito creer que hay algo más allá de este mundo, porque pensar en que solo dejamos de existir de un momento al otro es bastante aterrador. Nuestro paso por la tierra es demasiado corto, un día estas y al día siguiente ya eres polvo al polvo. El frío ya se está filtrando a través de mi ropa, tomo otra profunda bocanada de aire y comienzo a bajar. La habitación sigue en completo silencio, el único ruido es el de su calmada respiración. Me saco el pantalón y me dirijo a la cama, a pesar de la penumbra logro ver la silueta de su cuerpo.

Despertar a la Vida (#Wattys2016) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora