Capítulo 26

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Estoy completamente abrumado por lo que acabo de escuchar. Ni hablar de la ira que invade mi cuerpo en este momento, si tuviera a ese hijo de puta adelante no dejaría nada de él ¿Cómo puede haber gente así, con tanta maldad? Ella esta callada, sus ojos brillan pero no liberan ninguna lágrima. Siento muchas ganas de abrazarla, de consolarla. 

A la mierda con todo, me levanto de la silla y me acerco a ella, le tiendo la mano y ella la agarra algo dudosa. La hago levantar y luego la envuelvo en mis brazos. No digo nada, que puedo decir, nada va a cambiar su pasado. Solo puedo ayudarla a dejarlo atrás y hoy más que nunca quiero que supere su pasado. Permanecemos unos minutos así, abrazados, en silencio. Ella es la primera en separarse de mí y la pérdida de contacto me hace sentir perdido por unos segundos. Ella vuelve a tomar asiento en el sillón y agarra su celular de arriba de la mesa para ver la hora.

—¿Qué hora es?

—Las once y diez.

—Ok, todavía queres ir ¿no?

—Sí.

—¿Segura?

—Estoy bien, quiero ir.

—Entonces vamos a prepararnos para salir.

Guardo las cartas y la botella de ron, mientas que Laura entra al baño. Todavía estoy algo afectado por lo de recién, me gustaría tener a ese tipo enfrente para hacerle pagar por todo lo que le hizo pasar a ella y a su madre. Quizás no sea tan mala idea, tengo los contactos como para poder hacerle llegar el mensaje. Quizás hable con Tato, aunque eso implique tener que contarle algunas verdades. Laura sale del baño y decido entrar para lavarme la cara y echar un meo. Una vez listos salimos a la calle. Agarro mi teléfono y lo llamo a Ciro.

—Ciro.

—¿Qué onda? ¿Vienen?

—Sí, por eso te llamo ¿el auto esta en el taller?

—Sí, deje las llaves puestas.

—Asumo entonces que ayer ganaste.

—Sí, tendrías que haberle visto la cara a Nico.

—No hace falta, me la imagino ¿Necesitas que te pase a buscar?

—No, vayan tranca, Tato pasa por mí.

—Ok, nos vemos allá entonces.

—Dale.

Corto la llamada y la miro a Lau que camina a mi lado, va muy callada con la mirada clavada en el piso, seguro todavía esta desanimada por lo de recién. Quiero cambiar esa expresión de su rostro, no me gusta verla así. A las pocas cuadras llegamos al taller del papá de Ciro, abro el portón y entro para encender la luz del fondo mientras Laura se queda en la entrada.

El auto esta cerca de la entrada, como me dijo Ciro las llaves están puestas. Es un Fiat 128 Europa CL del '82 color azul Francia. Ciro y su padre trabajaron mucho en él y lo prepararon para correr, es su bebe y no suele prestárselo a nadie, pero en mi confía lo suficiente como para hacerlo. Abro más el portón para poder sacarlo, luego voy hacia el auto y le abro la puerta a Lau.

—Señorita —le digo mientras hago un gesto con mi mano haciéndome el caballero.

—Muchas gracias —dice ella mientras me sonríe.

Cierro la puerta y voy del lado del conductor. Saco el auto y luego bajo para cerrar el portón. Cuando vuelvo a subir noto que va sin cinturón.

—Ponete el cinturón —le digo mientras me coloco el mío.

Ella lo hace y yo arranco camino al puerto. Nos pasamos todo el viaje en silencio, ella va apoyada contra la puerta y mira por la ventana con una expresión aun triste en su rostro. Las calles están bastante concurridas, es sábado por la noche y la gente se prepara para disfrutar de la noche. Pero a medida que vamos saliendo de la ciudad esto cambia. 

Despertar a la Vida (#Wattys2016) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora