Capítulo 30

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El colectivo ya se fue hace unos minutos, pero yo sigo inmóvil en la parada. No me gusta que se haya ido sola, menos aun que lo haya preferido así. Es obvio que está pensando en irse en poco tiempo y aunque sé que es lo mejor para ella no quiero que lo haga. Quizás lo que paso ayer tenga mucho que ver, me costó horrores rechazarla, pero es lo mejor, solo puedo complicarle la vida en este momento. Esta sensación en mi pecho es molesta, no me gusta sentirla, no quiero sentirla. Porque solo puede indicar una cosa y no estoy seguro de estar preparado para afrontarlo.

Estoy bastante cansado, casi no dormí después de lo que paso y menos aun después de que le saque por la fuerza lo que ese hijo de puta le hizo. No puedo explicar el alivio que sentí cuando me dijo que no la había violado, aunque si abuso de ella de otras formas  Aprieto mis puños con fuerza por la impotencia que eso me provoca. Necesito hacer algo, necesito asegurarme de que no vuelva a acercarse a ella. No creo que sea tarea fácil, pero al menos puedo intentar ubicarlo, tengo su nombre completo. Con esa idea en mente le mando un mensaje a Tato mientras me dirijo a casa en busca de mis cosas para ir al gimnasio a entrenar un poco. Cuando estoy saliendo recibo un mensaje de Lau.

Ya llegue, hablamos después!

Bajo las escaleras y cuando llego al pie de las mismas le contesto.

Ok, suerte! :)

Si, le mande una carita, algo que me hace sentir un verdadero estúpido, pero no me importa. Con una sonrisa en mi rostro me dirijo a mi destino. El gimnasio está bastante tranquilo, cosa rara para ser las nueve de la mañana. Me dirijo al vestidor para cambiarme y después guardo el bolso en el locker. Antes de salir me miro en el espejo del lavabo, tengo la cabeza cubierta de un corto y oscuro pelo ¿en qué momento olvide raparme? Llevo casi tres años pasándome religiosamente la afeitadora unas dos veces por semana, creo que la última vez fue el lunes pasado. Decido que voy a raparme en cuanto vuelva a casa, no quiero que ese pequeño detalle llame la atención de alguien.

Entreno duro durante las siguientes dos horas y media, para lo único que me detengo es para revisar mi celular de vez en cuando esperando encontrar alguna otra noticia de ella. Estoy algo ansioso por saber cómo le está yendo, ojalá encuentre algo cerca, así no se va de la ciudad. Incluso podría quedarse conmigo hasta que consiga donde mudarse, también podría ayudarla a encontrar algo por el barrio.

Sé que me contradigo constantemente en lo que respecta a ella, pero no puedo evitarlo. La razón me dice que debo alejarme, que no debo involucrarme en su vida de ninguna manera. Pero mi cuerpo me pide a gritos que me acerque y por momentos el deseo se vuelve casi insoportable. Hasta ahora esta lucha cuerpo a cuerpo la viene ganando la razón, pero se está debilitando rápidamente con cada día que pasa cediendo cada vez mayor terreno al deseo.

Ya siento el cuerpo agotado, mis brazos me pesan de tanto que les exigí y los hombros me duelen intensamente. Decido parar y darme una reconfortante ducha en los vestidores del gimnasio. Abro el agua fría y me meto, respiro profundo para contrarrestar el escalofrío que me produce la diferencia de temperatura entre mi acalorado cuerpo y el agua. Poco a poco me relajo y procedo a enjabonarme para quitar la transpiración.

Salgo de la ducha con una toalla envuelta en mis caderas y me dirijo a los lockers para sacar mi bolso. Me visto lentamente, no tengo ningún apuro. Reviso mi celular por vigésima vez y me decepciono al no encontrar novedades de ella. Decido llamarla, no solo para calmar mi ansiedad sino porque realmente me preocupa no saber nada. Marco su número y acerco el auricular a mi oído, cada timbre acelera un poco más mi corazón y crispa un poco más mis nervios.

—¿Hola? —escuchar su voz me devuelve la calma.

—Lau, soy Adr... Quince.

Casi digo mi nombre de lo distraído que estoy, miro a mí alrededor para corroborar que estoy solo, para mi suerte así es.

Despertar a la Vida (#Wattys2016) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora