Capítulo 19

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Adrian se sienta frente a mí, me está mirando con la cabeza ladeada, supongo que está pensando que responderme. Parece que lo tomé por sorpresa, incluso yo me sorprendí cuando salieron esas palabras de mi boca. Aunque nunca jugué a este juego si había escuchado a una compañera de clases hablar sobre él y de lo divertido que era, aunque no recuerdo que haya mencionado que incluyera bebidas alcohólicas. Aún así la curiosidad me pico.

No puedo negar que me produce cierto temor, hay cosas de las que no quiero hablar. El menciono que no estoy obligada a contestar por lo que en el peor de los casos, termino borracha. Y aunque mi experiencia de ayer no había sido la mejor, sigue siendo mejor opción a tener que enfrentar a mis fantasmas. Por otro lado, también me da curiosidad descubrir algo sobre su vida y eso fue lo que más me motivo a acceder a jugar.

—Consecuencia —me responde tomándome ahora a mi por sorpresa.

¿Y ahora qué hago?

—Eso no se vale, nunca jugué a esto, no sé que pedirte.

—Solo pedime que haga algo que vos creas que me pueda avergonzar, o que pueda resultarte divertido a vos.

¿Con que podría desafiarlo? No se me ocurre nada, estoy completamente en blanco. Pienso en lo poco que sé de él, lo cual siendo sinceros realmente no es mucho, lo que me lleva a la conclusión de que no tengo ni la más mínima idea de cómo avergonzarlo. Mejor pienso en algo que podría resultar gracioso para mí. No sé, quizás ponerse alguna prenda mía, eso podría ser. O mejor, ya se.

—Te desafío a que te pintes las pestañas.

Se le escapa una fuerte risa, parece que no se lo esperaba. O quizás le resulta un desafío bastante tonto. Si, seguro le resulta tonto, seguro yo le resulto tonta.

—Ok ¿tenes uno de esos cosos para pintarse las pestañas? El mío se me termino —me dice aun entre risas.

Ahora soy yo la que se ríe. Lo va a hacer, no lo puedo creer. Me levanto y busco en mi mochila, creo que tengo uno en mi neceser, aunque es muy probable que este seco, no recuerdo la última vez que lo use. Lo encuentro y se lo doy. El me da una sonrisa ladeada y se levanta para ir al baño. Un minuto después vuelve con las pestañas maquilladas. También tiene una gran parte del parpado derecho con líneas negras. Con el rímel sus pestañas se ven mucho más largas y le resalta aun más sus hermosos ojos claros. Se sienta frente a mí y me devuelve el rímel.

—¿Verdad o consecuencia?

—Consecuencia —digo sin pensarlo mucho.

Todavía estoy muy nerviosa como para afrontar una pregunta.

—Muy bien —saca una tijera de su bolsillo poniéndola sobre la mesa—, cortate un flequillo —me dice tranquilamente.

¿Flequillo? ¿Se volvió loco?

—¿Qué? No me gustan los flequillos.

Solía usar flequillo de pequeña, pero deje de usarlo luego de que él comenzara a golpearme. El pelo largo es bastante útil cuando se necesita una forma de ocultar moretones.

—¿Entonces vas a tomar tu primer trago? —me dice llenando un vaso y arrastrándolo en mi dirección. 

Lo agarro sin pensarlo dos veces y me lo tomo de un trago. Siento como mi garganta se quema con el paso del ardiente líquido, haciéndome toser. 

—¿Fuerte?

Dios ¿me está cargando? Comienzo a tomar profundas respiraciones para controlar la tos. Adrian se levanta y me sirve un vaso de agua.

—Toma un trago —dice ofreciéndome el vaso.

Asiento en agradecimiento ya que en este momento soy incapaz de emitir sonido. Tomo un largo trago, el agua fresca recorre mi garganta apagando el fuego que el alcohol prendió. Es una sensación muy agradable.

Despertar a la Vida (#Wattys2016) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora