Capítulo 29

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Lleno de aire mis pulmones y aunque sé que hay suficiente en ellos siento que el oxigeno no me alcanza, haciendo que me sea muy difícil respirar. Mi mandíbula tiembla sin control y mis ojos arden pidiendo a gritos derramar lágrimas. Adrian me mira fijamente, esta tenso y eso me hace dudar en si responder o no a su pregunta. El nudo en mi garganta y el miedo me impiden hablar, pero aun así saco fuerzas de donde sea para lograrlo.

—Él...

Es todo lo que logro articular, me aterra decirlo en voz alta porque llevo años tratando de convencerme de que nada de eso sucedió.

—¿Él?

Me alienta a seguir hablando, pero no puedo. Niego con la cabeza compulsivamente intentando alejar los recuerdos que intentan salir a flote, queriendo reprimirlos y enterrarlos nuevamente. Adrian apoya sus manos en mis mejillas para detener el frenético movimiento. Su tacto es delicado, pero firme.

—Necesitas sacarte ese peso de encima, lo sabes ¿no?

Lo miro a los ojos, la intensidad que veo en ellos me abruma. Asiento levemente como respuesta a su pregunta, es lo mejor que le puedo dar.

—Vamos a probar algo, yo te pregunto y vos solo afirmas o negas ¿Te animas a intentarlo?

Lo pienso unos segundos, creo que puedo hacerlo, al menos puedo intentarlo. Vuelvo a asentir y me preparo mentalmente para su pregunta.

—¿Te toco alguna vez de forma indebida?

Mi corazón golpea fuerte dentro de mi pecho de manera acelerada, el nudo en mi garganta es cada vez más grande y mi estomago se revuelve a medida que ciertas imágenes se hacen presentes en mi mente. Asiento levemente para responder su pregunta, noto como los músculos de sus brazos se tensan y su respiración se vuelve superficial. Traga saliva antes de volver a hablar.

—¿Te violo?

Esta vez me apuro en contestar negando con la cabeza y lo veo relajarse un poco. Sí, me toco de formas indebidas en varias ocasiones, pero solo para demostrar el poder que tenia sobre mí. A él le gustaba demostrar que tenía el control, jugando con mi voluntad, mis miedos y mi mente.

—Nunca llego tan lejos, a él solo le gustaba jugar con migo —mi voz se oye débil—. Solía decirme que no era bonita....que ningún chico jamás podría interesarse en mi...que era muy delgada, insulsa y desalineada...que él era el único...

—Sabes que nada de eso es cierto ¿verdad? Él solo lo hizo para someterte, para que pueda manejarte a su voluntad.

Es difícil distinguir lo que es verdad o no cuando llevas mucho tiempo viviendo esa mentira como la única verdad. 

—Eso no quita el hecho de que en su momento lo creí cierto.

—Lau, no hay nada que puedas hacer para cambiar el pasado, pero si sos dueña de tu presente y sos quien decide también tú futuro. No dejes que lo que te paso defina quien sos, no le des ese poder a él. Sos fuerte, sos hermosa y valiente.

—Gracias —es lo único que logro susurrar después de sus hermosas palabras.

El asienta y luego posa una de sus manos en mi mejilla. La suave caricia y sus dulces palabras me consuelan y sanan un poco mi alma. Le sonrío como puedo y me levanto rompiendo a regañadientes el contacto. Si él está decidido a mantener las distancias entre nosotros debo hacerlo yo también.

—Creo que deberías sacarte esa ropa mojada y darte un baño antes de que te termines enfermando.

El se levanta y mira su aspecto, como si por un momento se hubiese olvidado de lo empapado que estaba. Me sonríe y luego se dirige al placar a agarrar una muda antes de meterse en el baño. Me acerco a la heladera para tomar un trago de agua y luego me acuesto en la cama mientras escucho el sonido del agua de la ducha correr.

Despertar a la Vida (#Wattys2016) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora