Epílogo

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El sonido del despertador me aturde, estiro mi brazo para apagarlo pero termino por tirarlo al suelo. Odio despertar temprano, pero hoy es un día especial. Abro mis ojos y me encuentro con su hermoso rostro, está profundamente dormida. Acaricio su mejilla y ella se remueve. No puedo entender cómo es que no escucha el estruendoso despertador pero si reacciona ante el mas mínimo roce por mi parte.

Me levanto intentando no hacer ruido por las dudas, quiero que siga durmiendo así preparo la sorpresa. Me dirijo primero al baño, necesito lavarme la cara para despejarme un poco. Una vez estoy más despabilado voy a la cocina para prepara el desayuno. Saco todo lo necesario y me pongo manos a la obra.

Hoy cumplimos nuestro primer año de aniversario. No puedo creer que haya pasado todo un año. Sonrío como un tonto sin poder evitarlo ¿En qué momento me volví tan cursi? Conozco perfectamente la respuesta y la culpable está durmiendo plácidamente en nuestra habitación.

Haber llegado tan lejos juntos se siente irreal, pensar que hubo un momento en el que pensé que no volvería a verla. Ese día, hace poco más de un año atrás, creí que iba a morir y lo único en lo que pude pensar en ese instante fue en Laura. Pensé en que no iba a volver a ver su tímida sonrisa, que ya no iba a poder perderme en sus hermosos ojos acaramelados y que nunca más iba a tener la oportunidad de hundirme nuevamente en su cuerpo.

Pero para mi suerte todo dio un giro de ciento ochenta grados. En un segundo Alejandro me estaba apuntando mientras que Tato yacía tirado en el piso todo ensangrentado y al siguiente instante el Colo entraba sorpresivamente al sótano y le pegaba un tiro a su tío en el medio de la frente. Luego llegaron el resto de los chicos y nos apresuramos a auxiliar a Tato, quién por suerte solo estaba inconsciente debido a la cantidad de sangre que había perdido.

Luego vinieron días extraños, en el barrio corrían muchas versiones de lo ocurrido y pronto varios aprovechados quisieron ocupar el lugar de Alejandro. Entre Tato y yo logramos tomar el control de la situación, no habíamos hecho todo ese esfuerzo para que viniera otro a generar el mismo caos en el barrio. En cuanto Tato estuvo mejor le conté sobre mi decisión de irme. Él lo acepto y me agradeció por todo el apoyo que le había dado durante todos esos años que llevábamos de conocernos. Yo le agradecí también por todo lo que había hecho por mí.

Fue ahí que me puse en contacto con mi madre, me moría de ganas por volver a verla, ya había pasado una semana desde que me había ido. Pero antes de volver necesitaba organizar algunas cosas, quería un nuevo comienzo para los dos. Prepare todo en cuatro días con la ayuda de mi madre, ella estaba muy feliz de saberme a salvo y porque había tomado la decisión de volver.

Una vez llegue a este departamento me sentí nervioso, ansioso y desesperado por verla, pero me arme de paciencia para llevar a cabo la sorpresa. Estaba todo planeado, aunque no sabía a qué hora iba a llegar, solo debía esperar a que tocaran el timbre.

Cuando sonó el portero mi corazón se salto un latido, levante el intercomunicador y abrí sin decir una palabra. Deje entreabierta la puerta de entrada y me metí en la que iba a ser nuestra habitación a esperar. Las manos me transpiraban por la ansiedad y no lograba quedarme quieto. Pronto la escuche entrar y llamar, permanecí callado esperando que se animara a entrar. Para mi suerte lo hizo de inmediato.

Cuando la escuche hablar al otro lado de la puerta mi pulso se acelero aún más, pero seguí sin responderle, esta vez porque las palabras se habían escapado de mi mente por completo. Cuando escuche sus pasos alejarse no aguante mas y reaccione. Abrí despacio la puerta y salí, Lau se detuvo inmediatamente al final del pasillo. Su olor me envolvió rápidamente, estaba ahí, a tan solo unos pasos de mí. Me acerque y apoye mi mano en su espalda, mi respiración se entrecorto al entrar en contacto con su piel.

Despertar a la Vida (#Wattys2016) SIN EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora