Quería salir corriendo de mi piel, porque la sentía una talla menos, y me asfixiaba.
Quería salir corriendo hacía afuera, pero todo era dentro, no había una salida... me quería echar a volar sin alas, y como no pude hacer nada, decidí correr, corrí por mi vida, y conseguí mi muerte, y hasta ahora fue la única vez en qué me sentí fuera, ahora mi piel ya no me va, no es grande ni chica, ya no está... y no me cargo alas pero puedo volar, mis pies son cortometrajes de momentos felices que me hacen volar, y mi pelo es el más dulce perfume, con olor a libertad, estoy fuera, pero ya no quiero, ya no quiero salir corriendo, ahora quiero entrar gateando, sigilosa y pequeñamente«
-CASR