A veces los días pesan y lastiman, como canciones dedicadas por personas qué ya te olvidaron.
Las tardes suelen llenar vacíos qué se vacían cada amanecer.
Y yo estoy andando mirando gente, sintiendo el cambio.
Nunca me ha gustado sentirme sola, pero estarlo me fascina.
Amo las hojas como las rosas sus espinas, pienso qué la vida es un juguete y no un juego.
Porqué es qué uno elige que juego jugarse con ese juguete.
Las limerencias son grandes y las penitencias caras, el pecado siempre es malo cuando el qué lo comete no vive libre.
El qué muere joven por lo general no conoce más qué su pasado.
Escucho voces qué parecen instrumentos, y otras cuantas qué parecen vientos.
Pero no de primavera, ni invierno,
Son más como tormentas qué te destruyen con sólo un simple saludo.
Creo, creo, creo.
Pero pierdo la fe.
Me impresiono con 3 cosas de cien, y disfruto hasta de un golpe en el pie.
Siento hormigas en los labios cuando alguien me susurra, y cada qué alguien roza mi mano con su brazo o sus vellos siento la brisa de verano, tentando mi sien.
El sexo no es nada más qué eso cuando está en términos comunes.
Me llena de placer sentir la mano caliente en la pared blanca fría, o hacer muñecos con las migas de pan de ajo,
Recuerdo llorar escuchando un árbol lloriquear por sus hojas, y levantar las piedras rojas qué el mar arrojaba,
Escogía conchas rotas porqué me sentía identificada, y tenía el corazón tan sano qué murió temprano.
El alma es una cascada de emociones intensas que me tientan y me llevan a la gloria y al vacío, soy un sube y baja viejo de recuerdos olvidados qué vuelven a su casa cuando ya han sido betados.
El y ella no son mi fuerte, el y el no son mi confidente, ella y ella no eran sólo amigas, ellos eran mi compañía, pero siempre fui letras y musica, noches, musas y mañanas inconclusas, soy el residuo de sueños a lápiz, la caricia del qué muere mañana.
Yo soy letras, yo soy cuerda, yo soy nada. Y puedo con todo.
Aveces los días pesan y lastiman, otros en cambio quieren y estiman.
