Dedico mi pincel al papel y su fuerte, al contraste qué existe en cada renglón qué con razón de ser destapa este almacén, al único amigo qué en mi llanto crea esperanza y firma tregua con las letras, qué me cree poeta y en la vida crea una nueva grieta, donde me refugio cada qué escribo.
A mi madre, a mi hermana, a las ganas, a mis dramas, dedico mi pincel al poema y a la rima, a la estructura de la vida, qué no existe, a la canción mas triste... a la feliz, le canto entre tinta alas dudas y las crudas, al olvido al recuerdo, al vivir sin emoción, al momento de tensión, la falta de fe desde la muerte de mi tía.
Dedico mis letras a ellas mismas,a las espinas y bloqueos qué me ciegan y en un beso me traen la razón de regreso.
Al café qué no bebo, al cigarro que no dejo.
A la tarde, a mi paz, a mi mente capaz, qué estalla cuando de escribir se trata.
Traigo arte en la sangre difícil escaparme de lo qué soy, a todo y nada, dedico esta oración.
A mi paz a mis guerras,
A las peleas qué no tuve, al llanto que contuve, al dolor a los vicios, a mis precipicios, al viento qué no me peina, al mejor varón, al mayor traidor.
Dedico mis letras a la vida, a la muerte, al momento exacto donde conseguí perderte.
A la huida,
Al cobarde, qué se cree valiente por no llorar de tarde.
Al enfermo,
Qué es más sano qué el idiota, qué cree qué la vida es sólo una cosa. Dedico esto a mi, a ti, a mis padres qué con amor criaron mis males y contuvieron mis corajes.
Al amor,
Al odio,
Al olvido, y todo daño qué consigo.
A ella,
A el,
Al qué nunca dejó de creer.
A mis letras qué sin razón y locura,
A mi cura, la escritura.
A mis dudas mudas,
A la inspiración que es el agua pa' seguir de pie y firme en la guerra, qué cree que existo porqué soy letras.
A mis ojos,
A mi llanto, qué aun piensa qué no soy tanto.
A los daños,
A los años qué con dolor me hicieron crecer.
A los niños, a los viejos, a los grillos a los besos, que nunca me dejan sola,
Qué me han visto crecer.
Dedico esto, al arte puesto.