Cuando empiezo a pensarte, me asusta qué se me salgan los ojos, porque por lo general suelo viajar a ti.
Encuentro tus lunares tan atractivos como las mismas estrellas, y colgada de ellas, te estoy pensando.
No me hagas hablar de cuando pienso en tus pinches besos porqué entonces me comienzo a trastornar.
Mira... si me hablas por ejemplo de maravillas, te las muestro con besos, caricias y hasta palabritas con tu voz tan sexi.
Y yo no se qué haces.- en mi.-, quiero decir.
Porqué es tan fácil qué me pares con tu simple sonrisa, así éste en el último suspiro.
Estoy en un caos bello una vez qué te abrazo.
Y eres tan mala qué mereces la gloria, no se como fue qué pasó,
Que me estoy quedando pobre por pensar qué te necesito,eres vida pero no esa qué se respira, si no de esa qué se siente, de esa qué te inspira a retar la muerte.
Varias bocas he besado ya,
Desde labios chicos hasta labios gruesos sabor a mar.
Pero tus besos me han encandilado como nada antes lo hizo, nunca... jamás.
Me lleva una y mil chingadas saber que si te vas, me arrastras, y no es por placer qué lo haría, es por amor y otras porquerías como el cariño que te tengo.
Pero no es para hacerte grande ni sentirte cabrona, ya agradecerás o maldeciras ser inmortal entre mis letras y poesías.
Si te hago falta, daño o bien, un día de estos, léete... aquí entre lo qué me inspiraste, te aseguro cariñito,
Qué tendrás miedo de perder los ojos, los estribos o la cabeza... leyendo tu puta belleza, el amor qué te tengo de aquí a siempre y uno qué otro instante si tienes suerte.
Te quiero tanto.