Llegas poniéndote cómodo y a tus anchas me habitas.
Te traigo tan adentro qué ya eres parte de mi decoración.
Y no se si de alguna manera tenga qué agradecer tu llegada a este desastre,
porqué sinceramente todo está peor.
Jugabas tan sucio que fue inevitable salir limpia.
Y no,
nunca entré como salí.
Hoy soy más corte qué costura y guardo la compostura cuando de querer se trata.
Qué pena qué se enteren qué amo con esta falta de locura.
Falta no me harán tus dudas, teniendo besos.