Escribo, escribo y sigo escribiendo como quien fuma por olvidar el momento más amargo qué le arranco la vida en cualquier lugar,
En algún bar sin nombre,
Como quien con mirada fría heló el azul que quedaba en su frente cuando las lluvias eran torrenciales tanto las del cielo como el agua qué salía entre sus lacrimales color cristal,
roto,
como su propio ser...
Escribo hasta desaparecer, y esfumar el olor a tabaco,
el olor del perfume qué usé para aromatizar el dolor y hacerlo mas irresistible.
Escribo con el corazón,
Con coraje,
Con un millar de heridas.
Un golpe en la mejilla,
Un susto de niño perdido.
Escondido entre los árboles por el temor a ser rechazado y vuelto objeto en la sociedad.
Escribo lo qué soy, y no lo que digo,
Y soy un impar,
Una niña en el mar,
Dormida en un bote qué no tiene hogar,
Soy la qué desaparecida encuentra siempre su morada, la qué te dice qué sabes amarga los lunes y los martes,
Quién te grita qué perdimos la cabeza en el viaje a las nubes,
Y si no hubiéramos soñado juro que te habrías burlado.
Soy un festival sin música,
Y lloro por temor a secarme,
Quiero fríamente porque el calor me derritió y dolió.
Y duele porque dijiste que el calor era símbolo de vivir,
Y ya no me gusta si no es contigo.
Soy la qué fuma cigarrillos y los esconde entre sus brangas.- Cuando sale.- perfumando su ser, fumándose ella misma hasta desvanecer.
Sólo lloro por amor cuando se qué se acabará, y que conmigo también lo hará.
Y sólo cierro los ojos a mitad de un beso raíz, qué nace y crece en mi, aun cuando los labios ya no están.
Soy fuego,
Soy aceite,
Soy cobarde,
Y aveces valiente.
Soy lo qué no se, lo qué no aprenderé.
Soy lo qué tu piensas y yo nunca sabré.
Soy lo qué ves,
Y soy,
Y nunca me creeré.
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