La noche era clara al igual que tu piel,
Y en mi sien todo pasaba a ritmo de tus labios moviéndose.
Tu risa, como ráfaga atravesaba mis barreras y te juro,
Era dulce.
En un instante estaba tan perdida qué me encontré, con tu cara,
A centímetros de tu boca.
Te Sonreí.
Miré abajo y lo supe, ahí.
Quería tu risa besándome sin fin.
Más qué tu risa quería tu boca, más qué tu boca, tus besos, más qué tus besos qué me los dieras.
No deliraba ni soñaba,
Disfrutaba, hablaba, sentía, amaba la vida en ese momento, en ese parmanecer, contigo.
Pegada a mi regazo, en silencio,
O soltando suaves disparos con letras qué decían: «Me gustas mucho, mi amor.«
Y luego besos marcados, no sólo en la piel.
También en el alma, hasta la hiel.
En la noche en qué supe qué era lo qué pasaba, ya estaba hasta adentro...
Y bueno,
Me enamore.
-CASR.
