27.

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El corazón se me cae a pedazos,

Pero sigo andando, no quiero parar.

Mientras tu cabello negro brilla bajo el sol, tan limpio tan triunfador,

Mis piernas rotas se debilitan a cada paso qué doy.

Te sigo, no me puedo detener, tu indiferencia cruda me alimenta y envenena, pero es qué tu no entiendes... tu me haces ser, aunque ahora mismo, no sea nada de placer.

El dolor por mi sangre, y la tristeza por mi cabeza, hacen qué sienta aunque no sea fortaleza, estoy mal, mi amor, estoy mal,  y sin embargo también estoy para ti, como un esclavo, qué te sirve hasta su fin...

Pero te aprovechas, tu frío me quema y me deja congelado pero no desaparece mi pasado, ni el dolor qué este me causa, y me mata -Oyeme.- me mata tu indiferencia como un mismo disparo en la sien mientras mantengo mi sutileza.

Y no se si irme, o aquí quedarme, aunque de cierta forma, si me voy, si yo me voy, mi alma se queda, y entonces de qué me serviría huir, alejarme, si te quedas con la parte, esa, qué me hace vivir.

Pero te quiero, te quiero tanto como a mis canciones, a mis letras, a mis dolores, y así mismo te traigo tatuada arraigada impregnada, hasta el alma, porque con esta te estoy amando.

Me estas matando, pero sin reclamos, esto es justo lo qué el amor hace.

Y de amor nadie muere, pero de olvido sí.

Y me voy a callar un poco, termino aquí, con tu presencia cargada de indiferencia qué se siente más como tu ausencia y duele menos.

-CASR

Besos marcados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora