¿Quien dijo qué para quererte tanto debo tenerte?
No... puras mentiras,
mi querer no tiene condiciones, te quiero así estés no,
así me quieras o no,
y qué si te extraño, ¡claro qué te extraño!, Pero no te busco, no te ruego, no te lloro, o al menos ya no tan seguido.
Y ¿sabes porqué?
Porqué yo te quiero feliz, y si lo eres ¿Pa que llorar?
Quiero verte arriba, fuerte, sonriente, bien... así sea con otra u otro.
El tiempo qué estuvimos, no caduca no fue, no será... se conserva fresco aquí en mi mente... donde eres mía, mi novia, mi musa, mi amor...donde nunca te fuiste, donde nunca me dejaste.
El problema aquí no es que no pueda superarte, si no qué no quiera hacerlo, porqué aunque me duelas, no me estorbas.
Y tengo mis razones, amor mío, para quererte de esta manera, para aferrarme,
porque más qué aferrarme a ti, me aferro a lo qué me haces ser, lo que me haces sentir,
escribir,
decir...
Le sacas oro al cobre, y a este pobre corazón le das lucha,
más la poesía te agradece, ser musa e interprete de mis noches de desvelo, llanto y fuego.
Mi querer incondicional, te ama como tal,
Libre, amarrada, casada divorciada y hasta fea.
Me hiciste tanto daño negra... qué si vuelves te perdono, y no porqué éste mal o muy tonta, si no porqué mi querer no termina, aun no acaba, y si vuelves me dará gusto quererte más, para escribir más, no es conveniencia, es limerencia, es fortuna.
Así vivo más, así nunca acaba.
Te quiero aunque ya no seamos, porqué bueno...también te ves guapa de lejos.