Eres la isla donde me sarpo a naufragar.
El avión en el qué me quiero estallar.
Eres el viento qué despeina los cabellos de las actrices de cine mexicano.
Y tus manos son la caricia más deseada por todos mis demonios.
Eres mi cielo y mi tierra, y como te vivo.
Tu piel canela es el sabor de mis días, y tus ojos...
Callame amada mia, que a este punto moriré entre versos de esta poesía.
Porqué tus ojos son la causa de qué caiga o salga de la agonía,
Y si los veo,