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Estoy metida hasta la cabeza,

Que se perdió hace un par de lunas mientras era presa del abandono.

Yo no sabía muy bien ese juego de querer,

Hasta qué te quise y me volví experto.

Adicta a tus besos tal cual fumador o viejo terco.

Estoy hasta abajo, donde uno llega al fondo del trabajo, el final, vaya.

Navego en un mar de risas tuyas, mientras me reflejo en tus pupilas juntas.

Y contando las estrellas me doy a la tarea de decirte que te quiero, mientras el mundo entero sigue perdido entre las ramas de el no y si olvido, orgullo y también prejuicios, como aquél libro de pasta dura qué obsequiamos cuando  no eramos ni tanto ni menos,

Cuando sólo eramos.

Besos marcados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora