Soy un mal con bienestar,
Creo en el llanto de los inocentes,
Y en los brindis con vodka barato.
Soy el bar de la esquina,
La ave qué vuela entre colina y colina, buscando una flor.
El sueño atorado entre la pesadilla y el insomnio.
Tengo más problemas qué soluciones, y más preguntas qué canciones.
He vivido el doble de los años que me cargo,
Y mi cuenta en el baño llorando amores y vomitando corajes es más larga qué mi cuenta bancaria.
Aun no soy libre, pero cerca he estado de perderlo todo.
Aun teniendo salud he estado enferma de alma.
He sido adicta a los dramas y temores nocturnos, a la soledad y a los cigarros y puros.
He dejado a medias etapas de mi vida por miedo a los finales y nuevos comienzos.
Los círculos viciosos, y triángulos amorosos hicieron de mi lo qué quisieron,
La tormenta cesa pero yo nunca olvidaré todo lo que lloré por ese verso de pestañas largas y labios rojos qué desecho mi amor por la ventana, sin miedo a lo qué le pasara.
Añoraba qué volviera para qué se hiciera cargo de los daños y me leyera la mente, a través de tantos poemas qué le escribí.
Qué se matará y viniera a robarme la vida otra vez.
Estuve más de 5 cuarentenas tratando de sacar el olor de su perfume qué dejó en el cuarto donde tuvimos más aventuras qué las qué se tienen en la selva.
Tarde más de "Un tiempo" en superarla de verdad, acostumbrarme a andar otra vez por las calles vacías de la ciudad gris qué era cada edificio sin ella a mi lado o sobre mí.
No entendí como ni donde pasó,
Qué olvide el veneno de aquél beso, el dolor qué me causo aquél adiós qué nunca dijo, pero en el qué se fue,
Como fue qué volví a acostumbrarme a vivir sola, todo lo qué se vive entre dos.
-CASR