Te escribo versos como mis ojos lloran lágrimas.
Ojalá de alguna manera pudiera saber si me convienes, y todo por ser distinta, quiero verte por ahí sentada cuando te extrañe más.
Tu sabías qué me duele eso de odiar, y hoy como nunca olvido mis dolores, espero qué un día entienda tu manera y la acople a mi cabeza, entras y sales como piezas de ajedrez, me traes enraizada de cabeza a pies,
Yo guardo tus miradas en el corazón y me aprendí una canción que me hace pensar en ti cuando vengo de bajada.
Dicen qué yo antes de ti era ajena, pero es qué nunca fui de alguien y esto lo se desde qué soy el requinto que menos suena en la banda de cualquier tierra, estoy loca jodida y joven, y te quiero como nadie, y no se como ni cuando ni donde, pero lo hago y me arde como herida con limón en un pedazo de Estación donde nadie se detiene,
Todo se mueve a la contraria del reloj y nada avanza con fervor.
Me llena de rabia saber qué el querer puede matar la felicidad y también revivirla,
Maldito malechor.