Capítulo 37, Ansiado reencuentro.

36.1K 1.5K 52
                                    

Me desperté con un punzante dolor que agobiaba mi cabeza. Mire a mi alrededor desorientada y con la vista borrosa, la resaca me iba a matar. Me dolía pensar y mucho más recordar lo acontecido la noche anterior y en parte, vergüenza. Podía imaginarme todas las estupideces que hice y dije, por suerte tenía escenas que no recordaba, que se habían perdido en mi memoria, los recuerdos venían como flashes confusos que se agolpaban en mi mente y me daban una fuerte jaqueca. Hice el intento de levantarme pero sentí picadas desesperantes en la frente que me hicieron recostar nuevamente débil. Me restregué los ojos y centre mi vista en el techo, intente recuperar la compostura. Nunca me había embriagado tanto, así que no sabía que debía hacer, si debía bañarme o no, si debía ponerme de pie o no, si debía dormir más aunque francamente tenía todo menos sueño. Después de unos minutos en los que preferí dejar mi mente descansando en blanco, me sentí un poco mejor y me senté sobre la cama con lentitud. Hasta respirar dolía.

Vi la ropa que me había prestado Stella esparcida por el suelo y baje mi vista hacia mi cuerpo encontrándolo cubierto por mi pequeña ropa interior. Quisiera que esa parte en donde él me desvestía también se hubiera desaparecido de mi mente pero no fue así y la pena me jugó una mala pasada, haciéndome sonrojar. De repente todos mis recuerdos y pensamientos pasaron a un segundo plano cuando me pregunté en ¿dónde estaba Tom? Llegaba a recordar que él se acostó conmigo, más que el momento, me quedó grabada aquella sensación que me causo estar entre sus brazos, con su cuerpo varonil rodeándome y arrullándome como un bebé, dormí plácidamente y de no ser por la resaca, estaría perfecta. Me arrepentía por todo lo que le dije, lo pensaba y moría por soltar todo eso pero nunca era capaz porque era lo más absurdo del mundo y creía que quedaría como una ridícula y efectivamente fue así, me avergoncé delante de él demostrando una vez más lo inmadura e infantil que soy. Pero es que ¿cómo se me había ocurrido haberlo llamado? Y lo que es peor en las circunstancias que me encontraba en donde era vulnerable e inmune ante sus encantos. Eso me hizo dudar y no sabía muy bien como interpretarlo... Tom siempre buscaba acercarse a mí y seducirme a como fuera de lugar solo que yo intentaba (fallidamente) evadirlo pero ayer, cuando estaba débil y completamente a su merced, cuando podía hacer lo que quisiera conmigo porque sabía que no opondría resistencia alguna, justamente no lo hizo, se comportó como un caballero y no se aprovechó de la situación. Eso me había decepcionado porque ansiaba tenerlo y hacer que nuestros cuerpos se reencontrarán y formaran uno solo como bien sabían fusionarse; pero no fue así, solo logre que se acostara a mi lado y sabía muy bien que había accedido porque de lo contrario sabía que le habría hecho un berrinche y supongo que en ese instante, era lo último que quería.

Mi autoestima optimista me decía que había sido respetuoso y no me había usado, ni se había aprovechado de mi, ¿por qué?, no lo sabia pero intentaba creer que sentía algo por mí más allá que deseo porque de ser así, donde solo le interesara para saciar sus necesidades nuestra noche hubiese sido completamente diferente... Y así hubiese querido que fuera porque en parte me sentía rechazada, como si fuera una de esas mujeres que ruegan e imploran, que se arrodillan ante un hombre por un poco de atención, de afecto y lo peor en mi caso era que me habían rechazado. No pude habérmele insinuado más, coquetearle y ser más directa porque sería imposible. Sentía como si ya no le importará aunque las cosas no terminaban de encajar ahí, de lo contrario no se habría preocupado y hubiese salido a medianoche a asegurarse de que me encontraba bien pero eso no decía mucho, eso lo haría cualquier adulto responsable al ver que un adolescente inmaduro está en peligro, actuó como mi padrastro, lo que era realmente, por muy triste que fuese la realidad.

Camine pesadamente hasta mi armario y tome una bata para salir, no tenía las fuerzas y mucho menos las ganas para ponerme más ropa. Salí sigilosa hacia la sala y en parte esperaba y a la vez no encontrarme con Tom, no sabía que le diría, después de todo no había mucho que decir pero lo quería ver. Para mí suerte y desgracia Tom no estaba por ningún lado, ni mi madre. Busque a Martha en la cocina y la encontré organizando y limpiando todo. Al verme su cara demostró preocupación y supuse que debía parecer un zombie entre la vida y la muerte.

Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora