Capítulo 49, ¿Te vas o te quedas?.

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—Tenemos que hablar —lo interrumpí y me alejé para que sus besos no tuvieran poder sobre mi determinación, estaba decidida a confrontarlo y no esperaría más, debía ser cuanto antes. Resopló fastidiado, rodó los ojos y me miró expectante. —No estoy segura de querer viajar a Londres —solté esperando ansiosa por su reacción. Su mandíbula se tensó pero vi como intentaba controlarse a si mismo para mantenerse sereno. —Y no es solo eso... Creo que lo más conveniente es que acabemos con esto, tu y yo jamás tendremos una vida normal juntos, esto no es sano para ninguno, no estoy dispuesta a dejar mi vida y a mi familia por ti... —confesé y eso fue la gota que rebosó el vaso. Su expresión daba miedo, se puso rojo, sus pupilas se dilataron, sus ojos se tornaron negros y me miraba con furia, sus manos temblaban y tenían la intención de golpear algo.

A pesar de que sabía lo mucho que tenía que decirme, sus labios no pronunciaban ni una palabra, se tomó la cabeza con las manos y miró por la gran ventana intentando recuperarse pero por lo visto no conseguía hacerlo.

—Es lo mejor... —murmuré.

El silencio me estaba carcomiendo viva.

—¿Es lo mejor para quién? —gritó irritado y yo di un saltó algo asustada. Golpeó con los puños cerrados el vidrio y este tembló bajo su contacto. —Debí saber que esto iba a pasar... Eres una niña estúpida que no tiene el valor para arriesgarse por lo que quiere.

—Si, ambos debimos haberlo pensado mejor porque definitivamente tu eres lo peor que me pudo pasar, estuve a punto de perder todo por ti y no estoy segura de que lo valieras... ¿Qué querías? ¿Que me fuera contigo para que luego me reemplazaras por una más joven? ¿O tal vez irme para complacerte hasta que te hartaras de mi? ¡No! ¡Ya se! Querías que me escapará contigo, dejando todo atrás, mi vida, mi familia, mi mundo, mis estudios, todo, para luego hacerme creer que siempre estarías conmigo, ilusionarme con tener una familia y para después obligarme a abortar ¿no? —le reproché y su rostro se descompuso por completo, sus ojos parecían que estuviesen a punto de estallar.

—¿De dónde mierdas sacaste eso?

—¿Me lo vas a negar? ¡Eres un maldito hijo de puta! ¿Cómo pudiste hacerle eso a Alessandra? ¿Cómo utilizaste de esa forma a mi madre? No me imagino cuantas más desgracias les habrás causado a las demás, eres una porquería de persona, das asco pero ¿sabes una cosa? Todo, absolutamente todo lo que les has hecho lo pagarás, terminaras solo porque extinguiste el amor que llegaron a sentir por ti, no lo apreciaste y yo te informó que no estoy dispuesta a ser una más en la lista, una más a la que le destruiste la vida y la volviste mierda, gracias pero no —negué con amargura y se acerco hacia mi decidido, me tomó con brusquedad del mentón para que lo mirara fijamente.

—Te lo dije desde el principio y te lo reitero nuevamente... Eres muy ingenua si crees que te librarás de mi tan fácil —me amenazo con su aliento impregnado en whisky y no estaba dispuesta a demostrarme débil, no le tenía miedo. —Si quieres seguir viendo con vida a tus adorados padres, a tu estúpido novio o ex novio como sea, a tus amigos y conocidos, más te vale que vengas conmigo. Tu no me conoces Bárbara y dudo que quieras ver hasta donde soy capaz de llegar, no me provoques —advirtió y tuve miedo de sus palabras, no quería aceptar y creer que sería capaz de asesinar a alguien pero su mirada me decía que haría eso y más por conseguir lo que quería.

Contuve el llanto y me mantuve firme, no baje la mirada, estuve con la frente en alto, no me tenía que avergonzar de nada, tenía mucho miedo pero no quería hacérselo saber.

—Tu que me dejas y mandó a que toda tu familia quede tres metros bajo tierra...

—No serías capaz.

—¿Quieres comprobar que si? —rió divertido. Parecía un demonio, vil y sin piedad.

—¿Qué es lo que quieres de mi? —le pregunté desesperada.

Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora