Capítulo 41, Llévame contigo.

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No me había tomado el tiempo necesario para considerar la idea, no lo había tenido, tuve que elegir sin pensar si sería bueno aceptar la oferta que me hizo Toby unos días antes de mi cumpleaños de irme a la casa de sus padres después de haberlo rechazado. Ahora, tras inventarme una mega mentira diciéndole que mi mamá no me dejaría de ningún modo ir a pasar con él el fin de semana debía acomodar las cosas y cambiarlas para mí beneficio, ya no había vuelta atrás, no podía hacerlo por Tom, quería torturarlo y hacerlo sufrir los tres días así que debía sacar mis más sucios trucos para organizar la situación a mi favor.

Le escribí para que me pasara a recoger cuando saliera de la universidad y ahí le lanzaría que ahora si podíamos ir a la cabaña de sus padres. No me emocionaba mucho la idea, me aburría demasiado cuando estaba con él y con el mayor descaro de todos no paraba de pensar en Tom a su lado, incluso cuando estábamos en plena intimidad su rostro, su voz y sus caricias me perturbaban y hacían que no pudiese estar completamente conectada con él. Mi cuerpo estaba pero mi alma estaba atada a Tom y no parecía tener muchas ganas de alejarse de él, estaba medio secuestrada pero la otra mitad también estaba allí por gusto.

Las dos últimas clases, que fueron a las únicas que logre llegar después de mi percance mañanero, terminaron con rapidez. Entre los saludos, abrazos y felicitaciones que me dieron todos mis amigos y compañeros debido a mi cumpleaños, salí junto a mis tres amigas hacia el campus. Llevaba mi cartera y dos grandes bolsas de regalo, una de Camile y otra de Stella, ambas llevaban blusas, accesorios y maquillaje, sin duda todo me encanto. Cuando llegamos a la salida logre ver el auto de Toby estacionado y él aguardando afuera pero no estaba solo, llevaba un hermoso ramo de rosas rojas y un gigantesco peluche de oso, todos los hombres lo miraban con cierta gracia y admiración mientras las mujeres parecían estarse derritiendo de la ternura y envidia. Yo, por mi parte, sentía agradecimiento aunque no me gustaran ese tipo de regalos ya que no era muy romántica pero me parecía muy lindo su detalle y sobretodo su intención.

Cuando llegue a su lado sonreí alegre y lo abrace fuerte, él me entrego mis regalos y yo los tome creyendo que iba a soltar alguna de las tantas cosas que llevaba en mis manos. Nos despedimos de mis amigas y nos subimos al auto, acomode todo en el asiento de atrás y me sentí libre nuevamente sentada en el puesto del acompañante.

—¿A dónde quieres ir a comer? —pregunto con dulzura y yo negué.

—No, no quiero —dije y él me miró extrañado. —Es que, mi mamá me dejó ir... Contigo, el fin de semana.

—Creí que te había dicho que no.

—Logre convencerla —me encogí de hombros un tanto nerviosa pero él pareció creerse todo y sonrió animado.

—Que bueno, podremos irnos mañana a primera hora entonces —propuso.

—No, quiero que nos vayamos ya —le pedí y él seguía confundido por mi repentino afán. —Para poder aprovechar más tiempo juntos —mentí, sabiendo que lo único que quería era alejarme de Tom para castigarlo.

—Bien, me parece excelente. Vamos a mi casa por las llaves de la cabaña, tomó algo de ropa, seguimos a tu casa para que empaques tus cosas o lo que necesites y salimos directo para allá ¿te parece? —sugirió y yo asentí.

—Perfecto —señaló. —No hay tiempo que perder.

El recorrido a su departamento fue rápido, llegamos y en menos de cinco minutos ya estábamos de nuevo en el auto dirigiéndonos a mi casa, en el trayecto me distraje mirando mi celular, respondiendo a los mensajes y no me sorprendió el ver las miles de llamadas y mensajes de Tom queriendo hablar conmigo, a propósito, abrí los mensajes para que supiese que los había visto pero lo estaba ignorando. Bloquee la pantalla y al levantar la vista note que estábamos ingresando al vecindario donde quedaba la casa. Me fui quitando el cinturón y deje mi bolso y celular a un lado.

Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora