Capítulo 6, Encuentro deseado.

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—¿Quieres algo más? —preguntó mi madre mientras servía la mesa.

—No, así está perfecto —sonreí agradecida.

—Tu papá quiere que vayas con él este fin de semana, quiere llevarte a comprar ropa y a que pasen tiempo los dos —asentí resignada. —Tengo un viaje de negocios, no será mucho pero no quiero que te quedes sola, así que él se ofreció, solo por dos días.

Por supuesto que era un viaje de negocios y yo nací ayer mamá.

—Bien, no hay problema —me lleve una cucharada de comida a la boca sin prestarle atención al asunto.

—Vendrá por ti hoy en la noche, es mejor que vayas alistando algo de ropa —afirmé con la cabeza. —También quería comentarte que he venido saliendo con un hombre, no quería decirte nada para no precipitarme pero las cosas han hido saliendo bien y quiero presentártelo, tú eres lo más importante en mi vida y no quiero que sientas como que ya no te quiero; es solo que a veces me siento muy sola... —me sentí tan culpable por todo lo que hice y pensé, solo se sentía sumergida en una profunda soledad y buscaba ese amor que tanto necesitaba y yo la había tratado terrible.

—Mamá, lo siento. Es normal que salgas y quieras enamorarte de nuevo, yo fui muy egoísta y celosa, sé que necesitas compañía, que yo ya crecí y soy independiente. Quiero que te sientas tranquila y me alegra que salgas con un hombre que te respete y te valore —los ojos de mi madre se fueron nublando de lágrimas cada vez más y soltó un sollozo.

—Hija, te amo. Siempre serás mi bebé hermosa —me levante de la silla y fui a abrazarla. Me senté encima suyo y me arrulló entre sus brazos como cuando era pequeña. Me sentí feliz y quería quedarme así por siempre. Seque unas cuantas lágrimas que se habían derramado por sus mejillas.

—Yo también te amo —le di dos besos en cada lado de su cara y reímos divertidas.

—Por cierto, ya tengo planeada una cena. Te presento a Tonny y de paso llevas a Toby y cenamos en familia —sonreí y acepte.

—Me parece bien —dije entusiasmada.

Seguimos desayunando mientras me charlaba acerca de tan hermoso y caballeroso hombre con el que estaba saliendo, me lo describía y yo hacía como si no lo hubiese visto aunque ya sabía quién era. Me hacía gracia oírla, parecía una adolescente contando sobre su primer amor, me alegraba verla tan entusiasmada y ver que se sentía feliz y hermosa, aquel hombre parecía valorarla de verdad. Y estaba perfecto para ella, no estaba ni casado, no tenía familia, ni novia. Decía que era un hombre muy prestigioso en su oficio y muy guapo para su edad.

Tuvimos que cortar nuestra charla ya que el reloj corrió rápido y las dos teníamos que ir a cumplir con nuestros deberes.

En medio de la clase de francés me percaté que me había traído las llaves de la oficina de mi madre y me excusé con el profesor, salí y cogí un taxi apresurada, tenía que llevarle cuanto antes esas llaves, no quería que se ganara un gran problema por mi culpa.

Iba corriendo de prisa hasta que divise la portería del edificio, baje el ritmo y camine con cautela. Me registré en la recepción y espere el ascensor. Venían llenísimos así que impaciente, tuve que seguir esperando.

Finalmente se desocupo y me subí junto con un hombre mayor y un mensajero que estaban esperando conmigo. Más personas se fueron subiendo y bajando cada vez que se detenía en un piso, a ese paso no llegaría jamás. Por suerte en los últimos pisos se bajaron varias personas y ya no parecían subir tantas. El ascensor se desocupo por completo en el piso quince, mi madre tenía su oficina en el diecisiete, faltaba un piso más en el que parar y llegaría por fin.

Pasiones ProhibidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora