Capítulo 21: NUESTRO día de lluvia

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Gustavo

Amaba eso de ella. Ella era simple. ¿Se sentía incomoda? Pues corría.

Me quede como bobo mirando hacia la puerta por la que acababa de salir Amanda. Cuando voltee Santiago me estaba mirando de reojo. Casi que me mataba con su mirada.

-¿Qué miras Pullman? –Dije levantando una ceja–

-Miro como babeas por MI chica–Dijo resaltando la palabra "mi" –

-¿Disculpa? –Dije cruzándome de brazos–

-Como me oíste. –Dijo mirándome fijamente–

-Estás muy apresurado en salir de la friendzone ahora que estoy aquí... ¿Miedo de la competencia? –Dije con arrogancia–

-¿Porque no dejamos que ella lo decida?–Dijo amenazadoramente–

-Me parece muy bien. Parece que por primera vez en tu vida piensas... ¡Estoy empezando a preocuparme!–Dije sarcásticamente–

-Que risa. –Dijo con un tono neutro–

Puse mi mejor sonrisa cínica y me dirigí a la puerta. No iba a perder el tiempo, tenía que buscar a Amanda. No tenía miedo de la competencia, pero necesitaba estar bien preparado, es decir, Santiago tenía mínimo 11 años conociéndola, yo necesitaba saber sus gustos para poder conquistarla.

Quería esforzarme por ella.

Su carácter me hacía querer ser mejor, esa paz que ella reflejaba... es como si fuese inmune a los problemas, como si las circunstancias no la cambiaran. Yo quería eso. Yo anhelaba eso.

Quería dejar atrás el dolor...

Pero tenía miedo. Mucho miedo. Tenía miedo de abrirle mi corazón y que ella se asustara. Tenía miedo de ahuyentarla. Tenía miedo de no ser suficiente para ella. Tenía miedo de que me rechazara...

Tenía miedo de amar.

Pero...iba a arriesgarme a ser feliz.

Estaba tan distraído que no note que Amanda estaba unos metros más allá.

Un momento... ella estaba... ¿Hablando con su teléfono?

Me acerque un poco más para escuchar. Al parecer hablaba por Skype, al otro lado de la pantalla se veía la cabellera roja de una chica.

-¿Entonces? No puedes estar constantemente negándote a ser feliz. –Dijo la chica de cabello rojo–

-Pero.... ¿Y si no le gusto? Eso me aterra a un mas–Dijo ella, con lo que al parecer era tristeza en su voz–

Necesitaba información. Así que pose mi mano en su hombro para que volteara; volteo tan lentamente que desee haber dado la vuelta yo mismo. Su piel estaba fría, y respiraba agitadamente.

-Bueeno... yo me voy. Nos vemos Amanda–Dijo la chica pelirroja desde la pantalla–

-RUTH–Dijo Amanda entre dientes–

-Sabes que te quiero–Dijo ella sonriendo, para después cortar la videollamada–

Amanda soltó una respiración pesada. Su mirada estaba fija en el suelo.

-¿De quién hablaban? –pregunte suspicaz–

-¿Quiénes? –Dijo sin levantar la mirada–

Tome su mentón, obligándola a mirarme. Una vez que sus ojos estaban sobre mí, le di una mirada de "es enserio Amanda".

¿Y si me enamoro de una Cristiana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora