Amanda
Esta mañana me desperté pensando en todo...
Ya había pasado una semana desde que Gustavo y yo habíamos acordado no se... ¿salir? ¿Tener una cita? ¿Una reunión de amigos?
No sé qué era, el punto es que desde ese día tavo había estado actuando raro... distante, frio, había estado evitándome. Las pocas veces que había logrado sostener más de dos palabras con él, le veía como atormentado, como si se estuviera debatiéndose en decir algo...
Por otro lado, había pasado una semana también, desde que dieron a Santi de alta, estaba de reposo, pero cada día se veía mejor. Él estaba todo lo opuesto a Gustavo, estaba amoroso, la mayoría del tiempo se la pasaba junto a mí, incluso un par de veces me trajo flores.
Yo solo aceptaba sus regalos diciendo: "oh gracias AMIGO" "¡oh que lindas flores! Eres el mejor AMIGO del mundo" y cosas por el estilo, sin embargo el parecía no entender mis indirectas, porque seguía igual.
Esta semana, hubieron pruebas fuertes, tavo era bueno en resistencia física, mientras que yo hacia el trabajo intelectual, éramos un buen equipo, sin embargo una vez que terminábamos las pruebas juntos, él se dedicaba a alejarse de mí.
Hoy era sábado, tavo dormía placenteramente en la cama de al lado, podía oír su respiración pesada desde aquí. Decidí levantarme para cocinar algo, los dias de semana nos daban la comida, pero los fines de semana era nuestra responsabilidad.
Me acerque cuidadosamente a su cama, como temiendo despertarlo con el más mínimo ruido, tenía el ceño fruncido, su cabello estaba desordenado y caía sobre su cara. Parecía atormentado, se veía tan... vulnerable.
Peine su cabello, retirándolo de su cara con suavidad. Su cara se relajó, y las comisuras de sus labios se alzaron en una pequeña sonrisa. Deposite un pequeño beso en su mejilla y me levante con cuidado.
Me cepille, me peine, y fui hacia la cocina. Una vez allí decidí hacer panqueques.
El día estaba despejado, el sol brillaba en el cielo, parecía que había pasado tanto tiempo desde la última vez que había llovido...
¿Qué será lo que tendrá que decirme tavo? ¿Qué me aleje de él? ¿Qué no siente nada por mí?
Gustavo
Me desperté con el delicioso aroma de panqueques recién hechos... olía muy bien. Mi estómago gruño, así que me levante de la cama.
Me cepille y fui directo hacia la cocina, Amanda estaba de espaldas, ella era la que estaba cocinando. Sonreí con tristeza... una vez más venia esa pregunta a mi cabeza... ¿Debía decirle? ¿Debía contarle sobre mi pasado?
Luego de que me había decidido contarle mis sentimientos, la realidad cayó sobre mí como un balde de agua fría, yo aún no le había contado mi pasado...
Tenía miedo de alejarla, y justamente eso era lo que estaba haciendo. Ella me había dado su confianza, sin embargo yo... no le había dado nada.
Esto no podía seguir así... tenía que contárselo. Ser valiente y contárselo. De todas formas ya estaba alejándola, con mi manera de actuar.
Me acerque silenciosamente, ella estaba vertiendo la mezcla de los panqueques en el sartén.
-Buenos dias–Dije cerca de su oído–
Mala idea.
Ella se asustó, y dio un pequeño grito, al mismo tiempo que movió sus manos hacia atrás vertiendo una gran cantidad de la mezcla sobre mí.
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¿Y si me enamoro de una Cristiana?
Novela JuvenilGustavo es un chico manipulador, lindo y rico que siempre obtiene lo que quiere, bueno... casi siempre. Lleva una vida desenfrenada de lujos, vicios y placeres. Sin embargo estas vacaciones no serán lo que él planeaba... ¿Y si llegase a enamorarse d...