Capítulo 43: Familia.

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Gustavo

Fui con Ester a recoger su maleta, y finalmente la llevé a casa. Instalamos sus cosas en la habitación de huéspedes y ella se quedó dormida casi instantáneamente, salí de la habitación y me dirigí a la mía, mi cabeza dando vueltas por las miles de complicaciones que habría ahora.

Me duché, y decidí no pensar en eso ahora, lo pensaría luego, cuando pudiera soportarlo.

Tome el teléfono celular de mi mesa y decidí comenzar a enfrentar los problemas, yo era un hombre, y como hombre debía dar la cara.

Le escribí un texto a Amanda, lo borre como mil veces y luego lo volví a escribir, le cambie palabras, le agregué y quite cosas y al final, decidí enviárselo.

Para: ♥Amanda♥

Uh, tenemos que hablar.

Patético, lo sé ¿Pero que se suponía que le escribiera?

Hola Amanda, terminamos. No porque no te ame, sino porque te amo demasiado. Basura. Mierda. Gilipollez.

Esperé unos minutos con el teléfono en la mano, agonía pura. Cuando respondió, mi corazón se estrelló contra mi caja torácica violentamente.

De: ♥Amanda♥

Mañana saldré a comprar algunas cosas, porque el domingo es el cumpleaños de papá y le haremos una pequeña fiesta después de la iglesia, ¿vendrás?

Para: ♥Amanda♥

¿A ayudarte con las compras? O ¿a la fiesta?

De: ♥Amanda♥

A las dos. Papá dijo que ya que vendrás a la iglesia, podrías venir a la fiesta luego, si quieres. Además podemos hablar mientras hago las compras.

Para: ♥Amanda♥

Sería un honor ayudarla con sus compras, bella dama.

Jesucristo, yo tenía que dejar de coquetear con ella, en serio.

De: ♥Amanda♥

Ok. ¿Vendrás a la fiesta?

Su respuesta cortante, me devolvió a la realidad, yo debía una disculpa, unas MUCHAS disculpas.

Para: ♥Amanda♥

Ok, iré. ¿Quieres que te lleve algo?

De: ♥Amanda♥

Deja de comprarme con regalos.

Para: ♥Amanda♥

Ok, lo siento:(

Esperé su respuesta, pero claro, ella no respondió nada.

¿Qué quería que respondiera de todas formas? Ok Amor  O Vale, tontito.

Supongo que ya no habría nada de eso entre nosotros dos.

Amanda

¿Por qué tenía que ser tan tierno? ¿Acaso no se daba cuenta de lo mucho que eso tocaba mi corazón?

Sacudí las ideas tontas de mi mente. Por ahora debía concentrarme en la fiesta de papá, y en las otras complicaciones que debía resolver. Como mi hermana por ejemplo.

Tomé mi bolígrafo de conejito y me dispuse a confirmar a las personas que estaban en mi lista de invitados. Mis dedos tamborileaban nerviosos sobre la hoja de papel, decidiendo si invitar a mi hermana o no.

¿Y si me enamoro de una Cristiana?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora