lll: Libreta

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—Es bueno volver.—dijo Saika después de haber dado un mordisco a sus sándwich.

—Ni tanto.—respondió Kaori—Volvemos a la vida aburrida de siempre.

—No siempre es aburrida.

Kaori se encontraba en casa de Saika, era febrero y las vacaciones habían terminado. El clima de Inglaterra y el clima de Japón eran muy distintos. A partir del siguiente día Kaori volvería a su trabajo, el cual era como maestra de inglés en la preparatoria Minakami.

—¿Y Yuna? —preguntó Kaori.

 —Sigue enferma, —respondió Saika—le dije en Inglaterra que eso le pasaría si no se abrigaba bien.

—Cierto, pero ya sabes cómo es.

Ambas se vieron por un momento y soltaron una leve risa.

—Creo que debo irme. —dijo Kaori—Ya sabes, todo debe estar listo para el inicio de clases.

—Qué horror.

—Bueno, es menos estresante de lo que parece.

—Quizá lo veo así porque mi trabajo no requiere pensar mucho.—dijo Saika.

—El modelaje es algo lindo, Saika, no digas eso.

Kaori se despidió de Saika y salió. A unas cuantas calles podría coger el metro.

—Menudas vacaciones... —murmuró mientras caminaba. Se detuvo un momento para ver su reloj, eran apenas las dos de la tarde.

Kaori no tenía apuro por volver a casa, quizá era un buen día para caminar. Se dispuso entonces a ir al parque cercano. Era un lugar lindo y muy grande, perfecto para despejarse antes de prepararse para volver a la escuela. Tardó quince minutos en llegar. Se sentó en el césped, sintiendo el ambiente muy tranquilo.

Los niños caminaban tomados de las manos de sus madres. Los ancianos, sentados en bancas, alimentaban a las palomas. Kaori quería quedarse sentada bastante tiempo, pero una extraña sensación la hizo levantarse a la brevedad. Se sentía como bajo una tenue hipnosis, caminando hasta uno de los árboles. No estaba segura de sí sus movimientos eran voluntarios o no. Kaori tenía manga corta, y podía ver la piel de sus brazos erizarse.

Bajo aquel árbol había una libreta blanca. La joven se arrodilló para tomarla. Life Note decía en la portada con letras negras. El corazón le latía fuertemente mientras la miraba.

Sin dudar la guardó en su bolso y echó a correr para irse a casa.

Life NoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora