XXll: Pareja

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Kaori se había puesto el vestido lila que Saika le había regalado. Ya estaba lista para irse a la boda de Shiro. Se encontraba sentada en el sillón de su sala, esperando a que Hyde terminara de cambiarse.

—¿Ya casi? —preguntó Kaori.

—Ya casi.  —respondió Hyde desde el baño.

Kaori suspiró molesta. Ella era la mujer, ella debía tardarse más de la cuenta, no Hyde. Sólo esperaba que usara la ropa que le había comprado; Hyde gustaba de vestir como motociclista, y Kaori no dudaba de que fuera así a la boda.

—Ya estoy.—Hyde se paró frente a Kaori, usaba el traje formal gris que ella le había comprado—Hey, te ves muy bien.

—Gracias, tú también.—Kaori hizo lo posible por disimular su rubor.

—¿El salón de eventos está muy lejos?

—Sí, algo. Debemos ir a la calle Koyuki y tomar un taxi.

—¿Tomar un taxi? Claro que no. Es de noche, y aunque tengo armas escondidas en el traje puede que algo salga mal y...

—Espera, ¿Tienes armas escondidas en el traje?

—Sí, pero ese no es el punto. El punto es que es peligroso que salgas de noche y tomes un taxi.

—Pero ya lo he hecho antes.

Hyde la ignoró y tomó su celular para hacer una llamada.

—¿Bueno? Si, hola superior. Necesito un auto. Saviour insiste en usar un taxi. Sí, lo sé, suena bobo. Gracias.

Hyde colgó y volteó a ver a Kaori.

—¿Era tu superior? —preguntó ella.

—Sí.—respondió Hyde—Espera veinte minutos y el auto vendrá.

—¿Auto?

—Auto blindado.

—¡¿No crees que es demasiado?!

—Nunca lo es.

Kaori comenzaba a sospechar que el superior de Hyde era alguien con un puesto muy alto en la mafia. De hecho, su apodo sonaba bien para eso. El superior.

—Yo no quiero un auto blindado, Hyde.

—Es por tu seguridad.

La joven se cruzó de brazos y se sentó nuevamente en el sillón. No le quedaba más que aceptar. Hyde sonrió y tomó asiento también, junto a ella.

—Será divertido.—le dijo.

El auto llegó. El chofer que lo conducía traía un uniforme elegante. Kaori se sorprendió bastante; era un impecable auto negro propio de los millonarios en las películas anglosajonas. Kaori le dijo al chofer la dirección de la fiesta y el camino comenzó. Hubo silencio en todo momento. De vez en cuando Kaori miraba a Hyde cuando él no se daba cuenta. Hyde era alguien realmente peculiar.

Cuando llegaron Hyde dijo al chofer que lo llamaría cuando necesitaran volver. El chofer asintió y se fue.

—¡Fiesta!—Hyde tomó la mano de Kaori y caminó a paso apresurado a la entrada del salón.

—Heeey, espera, tengo tacones.

—Si te caes te levantaré, anda, camina.

Hyde sonreía como si fuera un niño. Parecía alguien inocente.

Cuando llegaron miraron con total atención lo enorme que era el lugar. Estaba decorado como en la época victoriana. Shiro y su ahora esposa Kyoko saludaban a todos con una gran sonrisa. Yuna y Saika se acercaron a Kaori y Chase una vez los vieron entrar. Ahí también se encontraba Yudai, quien tomaba la mano de Saika.

—Ustedes...—Kaori miró fijamente las manos entrelazadas de Yudai y Saika.

—¡Sí!—dijo Yuna—¡Son novios!

—Felicidades. —sonrió Hyde.

—Gracias.—respondió Yudai. Al parecer el amor había surgido durante el rodaje del video musical. Kaori se sintió bastante aliviada. Los cinco fueron a sentarse y comer. Hyde era bastante gracioso; Yuna y Saika no dejaban de reír con lo que él decía. El joven, por su profesión, obviamente no iba a fiestas. Kaori no dudaba de que esa fuera la primera a la que asistía.

El resto de la noche fue de baile. Hyde no bailaba bien, pero Kaori veía estilo en su torpeza. Hyde la tomaba de ambas manos y sonreía girando y estrechándola contra él. Ella nunca lo había tenido tan cerca; las luces de la fiesta teñían los ojos y el cabello de Hyde de distintos colores. Sentía la felicidad que él emanaba.

Se había acostumbrado a él, quizá algo más.

Si bien cuando iban de camino a la fiesta Hyde y Kaori estaban sentados uno en cada puerta, de regreso estaban bastante cerca uno del otro. La noche había sido maravillosa para ambos.

—Hay que ir a fiestas más seguido. —dijo Hyde. Kaori asintió sonriéndole.

 Unos minutos mas tarde Hyde se asomó por la ventanilla, muy serio.

—Alguien nos sigue. —dijo—Detén el auto.

El chofer, sin miedo alguno, obedeció. Kaori sintió una gota fría en la medula espinal.

—Hyde... ¿Qué está pasando? ¿Quién nos sigue?—pidió la joven.

—Volveré en un momento, quédate aquí.

Hyde salió. Kaori no dejaba de temblar. Trataba de tranquilizarse, pero no podía. Sabía que él era un profesional en lo que hacía, pero aun así sentía preocupación por él.

La chica se estremeció al escuchar un grito masculino y algo caer al suelo. Estaba oscuro. Hyde regresó al auto bañado en sangre.

—Asunto arreglado.—dijo—No te preocupes, ese hombre no sabía nada de ti. Lo dejé vivo hace cierto tiempo, volvió creyendo que esta vez sí podría conmigo. En este trabajo se tienen muchos enemigos, pero yo sé cómo lidiar con ellos.

Life NoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora