Kaori pasaba la tarde de aquel domingo sentada en la sala de su departamento viendo la televisión. Sus amigas Saika y Yuna saldrían al café karaoke. La habían invitado, pero ella dijo que tenía muchos exámenes qué calificar y que no podría ir. Había mentido, todos los exámenes estaban listos desde el viernes. No le apetecía salir.
Kaori seguía viendo la televisión. Estaba arropada con una manta estampada de conejitos y corazones. Las noticias eran aburridas, pero no había nada mejor que ver. Estaba la sección de espectáculos, una presentadora de cabello rubio teñido y excesivo maquillaje hablaba sobre el escándalo que envolvía a la reconocida actriz Yu Furuya y su sesión de fotos sin Photoshop.
—Las fotos fueron filtradas en internet un día antes de publicarse en la revista Idol Shine. —dijo la presentadora—Se dice que el mismo fotógrafo las reveló debido a que la actriz se portó pésimo con él durante la sesión. Cierto o no, lo que sí podemos confirmar es que Yu Furuya no es tan hermosa como creemos.
Kaori suspiró, la prensa siempre soltaba demasiado veneno.
—En otras noticias, el mundo del rock sigue de luto. Las fanáticas de la banda Clockwork Orange siguen llorando la pérdida de su vocalista y guitarrista Yudai, de sólo veinte años. El joven astro se encontró muerto el día de ayer en su departamento de Osaka. Sufrió un ataque al corazón provocado por el exceso de drogas. Pasamos contigo, Youko Tomioka.
Youko Tomioka era la reportera que siempre daba la información desde lugares lejanos al estudio. En esa ocasión estaba en el funeral de Yudai.
—Me encuentro en un mar de llanto. —dijo Youko con micrófono en mano—Miles de fanáticas están afuera suplicando poder entrar a despedirse de su ídolo.
Youko se dispuso a hablar con los chicos de la banda. Kaori los miraba fijamente. Todos ahí lucían tan miserables.
Yudai había muerto de un ataque al corazón, así que no había duda, su cuerpo estaba intacto. Kaori se levantó sin pensar del sillón y fue a su habitación para tomar su laptop, un bolígrafo y la Life Note. No tenía ningún año de vida que perder. No se sentía indecisa como la primera vez. Yudai era un nombre artístico, por lo que no ocurriría nada si lo escribía en la libreta. Se sentó de nueva cuenta en el sillón y tecleó en el buscador: Yudai vocalista de Clockwork Orange. La primera opción era de la enciclopedia mundial: Yusuke Hashimoto, mejor conocido como Yudai, es el vocalista y guitarrista de la banda de J-rock Clockwork Orange. Nació en Kioto y....
Kaori dejó de leer. Ya había encontrado lo que buscaba. Sin dudar ni un poco abrió la Life Note y tomó el bolígrafo, lista para escribir. Se detuvo un centímetro antes de que la punta del bolígrafo tocara el papel.
¿Qué pensaba hacer? ¿En verdad reviviría a Yudai? ¿Por qué, que razón tenía para hacerlo?
En el caso de Shiro era justificable, pues la felicidad de Yuna se había ido. Pero, ¿Qué con Yudai? Kaori ni siquiera era fanática de Clockwork Orange. ¿Por qué se sentía con la obligación de hacerlo? Estaba a punto de intervenir en el destino de alguien por segunda ocasión. Nada en su vida cambiaria si revivía a Yudai, absolutamente nada. La felicidad que se había ido no era más la de Yuna, eran de otras personas completamente desconocidas.
Los miembros de la banda, los familiares de Yudai, las fanáticas.
Kaori se mordió el labio, ella sabía que no debía pensar en eso, pero lo hacía.
Debía parar en ese momento, además, nada le garantizaba que el cuerpo de Yudai estuviera cien por ciento libre de marcas. No, no debía. Se había prometido no volver a usar la libreta.
Kaori sentía las lágrimas resbalar por sus ojos, la cabeza comenzaba a calentarse. La inseguridad comenzaba a invadirla. ¿Qué debía hacer?
En sus manos estaba el poder del milagro. Si ella lo deseaba, en ese momento podría parar mil llantos, podría dar esperanza. ¿Dios se enojaría por eso?
No...Él siempre ha deseado lo mejor para su creación, los humanos. Pero...El destino de Yudai estaba escrito, su vida había terminado. Así debía de ser.
Kaori apretó el bolígrafo. No haría lo que le pareciera correcto a otras personas o al mismísimo Dios, haría lo que fuera correcto para su forma de pensar. Sabía que estaba desobedeciéndolo de nuevo, pero mientras la libreta estuviere en sus manos, las cosas serían distintas.
Kaori miró la Life Note abierta fijamente y escribió Yusuke Hashimoto un renglón debajo de donde se encontraba Shiro Sasaki.
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Life Note
FanfictionLas reglas fueron claras en ambos mundos. Aun así, se cometió un error; Near se encuentra en búsqueda del nuevo propietario de la Death Note, y para ello necesita la ayuda de alguien cuya libreta es muy distinta.