Los ojos de los ángeles y los Shinigami (dioses de la muerte o también llamados demonios) son especiales. Un Shinigami es capaz de saber en nombre de una persona y su tiempo restante de vida con sólo verlo. Esos ojos son una herramienta muy útil para ellos cuando usan la Death Note. Cada Shinigami tiene una, y así provocan las muertes de los humanos. Sus vidas son monótonas y bastante deprimentes, por lo que es común que en ocasiones un Shinigami deje caer su Death Note a la tierra para divertirse al ver lo que los humanos pueden hacer con ella.
Los ojos de los ángeles, por su parte, no cumplen con esa función, pues ninguno de ellos tiene la Death Note. La muerte no es sagrada como la vida, por ello las Life Note pertenecen a los ángeles y las Death Note a los Shinigami. Son como el Ying y el Yang. Cada uno tiene sus reglas.
Los ángeles suelen ir al mundo de los mortales de vez en cuando, disfrazados como humanos. Son criaturas de indiscutible belleza, de mirada y cabello claros. Sus ojos son capaces de distinguir a otros ángeles que también estén disfrazados de humanos. Con esos ojos, ellos ven en los otros un brillo dorado y unas letras flotantes encima de sus cabezas, las cuales son el nombre. Ante los ojos de un ángel, los demás ángeles brillan y muestran su nombre flotante mientras los humanos siguen tan opacos como siempre.
Como se ha mencionado anteriormente, sólo existen diez Life Note. Un contraste muy interesante con los millones de Death Note que existen. Las Life Note están bajo el cuidado de ángeles totalmente competentes para eso. Los diez afortunados tienen un poder extra en sus ojos además del que ya tienen, el cual es ver el nombre de las personas fallecidas. Si un ángel con Life Note disfrazado de humano camina por una calle cierto día y ve agonizar a un humano, en cuanto este muera, el ángel verá el nombre sobre su cabeza. Si lo desea, puede anotarlo en la Life Note y regresarlo a la vida, pero debe pensarlo mucho. No todos son dignos de una segunda oportunidad.
El ángel Glitter continuaba con su búsqueda. La última vez que se disfrazó de humano se encontraba en Tokyo, por lo que la libreta debería estar por ahí. No le gustaba disfrazarse, pues era más sencillo buscar si volaba. Otra desventaja de los ángeles en comparación con los Shinigami. Los Shinigami son invisibles.
—Bien, esto es incómodo—dijo Glitter con la voz lo suficientemente baja como para que nadie a su alrededor lo escuchara. Se refería a sus jeans, los cuales le apretaban. Estaba acostumbrado a su cómoda túnica blanca. Dio méritos a los humanos por soportar ropa tan fea e incómoda todos los días.
Tenía los ojos bien abiertos. Si un humano había encontrado su Life Note, él lo reconocería enseguida gracias al brillo que emanaría. Él seguía volteando a todos lados, pero nadie brillaba. No, ningún humano propietario de Life Note se hacía presente. Tokyo era una ciudad grande, menos mal que tenía cinco años para su búsqueda.
Vaya, pensó, la Life Note tiene un poder impresionante. Pone a un humano al nivel de un ángel.
Ya había planeado qué hacer si es que encontraba al humano o humana que tenía su Life Note. Primero se le acercaría como un turista(al poseer cabello rubio y ojos azules pasaba por estadounidense o europeo) de ser una chica le sería más fácil, pues las chicas japonesas ven atractivos a los chicos con las características físicas de Glitter. Le preguntaría donde queda tal parque y la persona, al ser alguien de alma pura, no se negaría a ayudarlo. Entonces Glitter le diría quien es en realidad y que sabe que tiene la Life Note. El humano se asustaría, pero Glitter le diría que no tiene nada que temer, que los ángeles eran criaturas buenas.
Si el humano pedía una prueba, entonces Glitter tendría que desplegar sus alas frente a él o ella. Las alas son invisibles para los humanos, por lo que Glitter tomaría la mano del humano y le haría tocar las alas. No las vería, pero las sentiría. El humano, convencido, cedería la Life Note a su dueño original. Glitter agradecería de mil maneras al humano.
El ángel estaba impresionado de lo bueno que era su plan.
—Bien...—se dijo Glitter mientras cruzaba una calle—Si fuera un humano de alma pura... ¿Dónde estaría? Probablemente en eso que los humanos llaman cafés karaoke. Ellos se divierten mucho ahí.
Glitter se dispuso a buscar el café karaoke más cercano cuando a lo lejos notó una luz. La miró fijamente, provenía de una persona.
¡De seguro era el humano que tenía su Life Note!
Glitter sonrió, jamás creyó que le sería tan fácil. Deseó poder volar para alcanzarlo rápidamente, pero no podía. Fue entonces que echó a correr con toda su energía; la persona se hacía cada vez más y más nítida.
Cuando estuvo a sólo un paso de distancia de él, ni se molestó en leer el nombre que flotaba sobre su cabeza.
—¡Oh, disculpa, es que tú...!—Glitter se quedó sin palabras al ver quien era. No, no era un humano, y no, no tenía su Life Note. La persona que tenía frente a él era otro ángel, era Kisu, aquel le había dicho que festejaría el día en el que lo viera fracasar y perder las alas.
—¿Qué tal vas con tu búsqueda?—preguntó Kisu, con una sonrisa sarcástica.
—Eso no te importa.
—Uy, qué humor el tuyo.
—¿Qué haces aquí?
—¿Crees que por ser guardián de una Life Note tienes más derecho a estar en el mundo de los humanos que yo? No te creas tan importante. Oh, cierto, tú no eres guardián, ERAS.
—Te corroe la envidia.
—Más bien la decepción. El gran arcángel Dion confió la décima Life Note a un incompetente como tú. Ahora mira lo que ocurrió.
—¡No soy un incompetente! No se cómo rayos perdí la Life Note, pero ya te dije que la recuperaré. Ahora responde mi pregunta, ¿Qué haces aquí? Tú rara vez bajas al mundo humano, y ahora que lo haces ¿Por qué exactamente en Tokyo? ¿Estas siguiéndome?
—¿Sabes qué mas leo sobre tu cabeza además de tu nombre? "Delirio de persecución". No sé cuantas veces tendré que decirte que no te creas tan importante. Si bajo a Tokyo es porque quiero y puedo, no debo darte más explicaciones. Y el hecho de que creas que es por ti deja muy en claro tu egocentrismo.
Glitter no era una persona egocéntrica; no decía eso porque se sintiera superior a Kisu. Él estaba seguro de que algo tramaba, y no descartaba la idea de que le había robado la Life Note. Desconfiaba de él y de sus acciones, eso era todo.
Ambos ángeles se quedaron viendo fijamente a los ojos con odio. Como siempre, Kisu era el primero en desviar la mirada.
—Siempre de mirada débil. —le dijo Glitter, y entonces siguió su camino dando la espalda a Kisu.
Imbécil, pensó Kisu, para dirigirse al parque. Caminó treinta minutos hasta quedar frente aquel árbol que conocía tan bien.
—Aquí dejé la Life Note. —dijo Kisu—Ya no está. Un humano ya la encontró.
Glitter no se equivocaba, su Life Note había sido robada.
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Life Note
FanfictionLas reglas fueron claras en ambos mundos. Aun así, se cometió un error; Near se encuentra en búsqueda del nuevo propietario de la Death Note, y para ello necesita la ayuda de alguien cuya libreta es muy distinta.